lunes, 23 de abril de 2012

Una carrera




El yacaré y la tortuga
se desafiaron un día:
-Le corro don, por la playa
y en la distancia que diga.
-Pago (dijo don dientudo)
le corro esta tardecita
con un tiro de dos libres
por una vaca con cría.
-Don yaca... yo soy mujer,
¿va'darme la cortadita?
-Comadre, yo nunca niego,
la cortada es concedida.

Veedores jueron del caso
dos vidas de fama limpia:
un crestón aquerenciao,
y un sirirí de visita.
Don pacú sirvió'e rayero
con medio cuerpo en la orilla.

El tero salió a invitar
sin distinción de partidos
y el chajá volando bajo
mandó de chasque su grito.

Cayó ala de todos laos
y en tres capinchos ariscos,
venía el sargento carancho
con dos loros de milicos.
Cimbrándose don peludo
también a las bravas vino.

Se despejó el desplayao
-sin jinetes se corría-,
y largando de parao
con la cortada pedida,
en la primera del juez
metiéndole uña venían.

Changüiseaba el cola'e sierra,
la espiaba a doña tranquila
y un redepente l'entró
a ganar panza la risa.
-¡Póngale pata, comadre,
sáquese el rancho d'encima!
( Y ella, canchera, en silencio
pongo y ponga, siga y siga).

Como a los cincuenta metros
antes de tocar la liña,
la gallineta a los gritos
¡Tu Guacha!... ¡Guacha!... decía.

¡Lo vieran visto a don yaca!
se dió güelta como víbora,
rumbeó p'al lao del zanjón
gritando: ¡Mirá María
lo que dice esta mujer
de nuestra yacarecita!
¡Fijate si alzo la ropa,
seguro que se jué juida!
(Y doña tortuga, nada;
dele y dele, siga y siga).

Cuando él volvió pa las canchas
'taba la cosa que ardía;
se alzó en la cola a lo loco
afoforando las vistas,
y rajuñando la arena
haciendo surco venía.

-¡Puesta!... ¡puesta!... ¡puesta!... ¡puesta!...
a una guinea se oía,
que se vino de curiosa
de la ranchada vecina.
-Si... si... si... rirí... rirí...
el siriaco discutía.
-No... no... no...no... no... no...
el cumpa crestón hervía.

Y cuando se armó el bochinche
lo buscaron al rayero,
que sin calentarse mucho
'taba tranquilo comiendo.
-No... no... no... dijo el pacú
tiene que hacerse de nuevo;
me han yamao pa porquería
y yo soy pescao derecho.
La cosa no está bien limpia,
lo han trampiao al cumpa viejo.
¡"Chancho'el agua"! le gritaron
pero él siguió discutiendo.

Endureciendo la boca
don capincho entró al rodeo;
y pelando el de la ley
metió'e filo el verde chueco,
cuando lo vido sin plumas
al carancho su sargento.
¡Lo hubieran vista enojao
en un desparramo'e dedos
gritando: ¡Pague don yaca
porque le han ganao derecho!

Protestó al cuete el dientudo
pero entregó la con cría.
S'hizo una linda con cuero
y el pago entero comía.

Dicen que doña tortuga
le dispara al cola'e sierra,
y que dende aquel cotejo
pone su huevo en la arena.

Sepan señores pensar
pa sacar limpia esta cuenta:
no hay meyao que no se quiebre
topando contra las hembras.

¡Pobre el cristiano que corra
por fe que en sus tabas tenga
sin calcular lo que valen
enyuntadas las poyeras!
Apriendan del yacaré
cómo se pierden carreras.
...................................
-¡Quién la ve a la tortuguita!
-No, si lerdear es ventaja.
-Mirenló po ande se ataja
el ligero p'al porrón!
-¡Quéche otra carta al montón
el dueño de la baraja!

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