sábado, 27 de febrero de 2010

Pa' desarrugar los brazos

Paisanos: un gran proveedor de videos de música surera es:
http://www.youtube.com/user/carlosquilmeslopez
Gracias Carlos por compartir tanta patria!

La cosa fue por jugar,
unos tiritos livianos
como pa probar las vistas
y desarrugar los brazos.

La comenzaron sonriendo
dentro'e una rueda e paisanos
en el patio de un boliche
que jué de "Los dos hermanos".

Los dos eran muchachones,
pisarían unos veinte años,
pero los dos pretendían
hechar fama de baqueanos.

Hicieron unas salidas
con los facones cruzados,
y a la voz de ¡ahura!, se abrieron
dejando un pie adelantado.

Eleuterio con un poncho
sobre la surda enrrollado,
y Sabino unas bajeras
que manotió de un recado.

Comenzaron a girar
como si fueran dos gallos,
uno tiraba de punta
y otro tiraba de hachazo,

Eleuterio por lujoso
se anotó el primer planazo,
que se alargó por las risas
de la rueda de paisanos.

Y el vino que estaba quieto
por la sangre fue montando,
y fue fácil colegir
que no acabaría jugando.

Por ay se escuchó una ¡pun..tiada!
como remedio pa un tajo
y unas gotas colorearon
el gris antiguo del patio.

-"¡Basta!", gritaron algunos
con animos de calmarlos,
pero el grito llegó tarde,
la muerte ya había copado.

Dispués lo de siempre:
varios rostros preocupados,
uno camino a la noche
otro que se fue marcado,

por esas cosas del hombre
que ninguno me ha explicado,
que tienen finales tristes
aunque comiencen... jugando.

Reflexiones de un gaucho


Con la frente descubierta,
la melena negra y lacia,
trae la verdad y la gracia
un criollo que se despierta.
Viene a golpearle la puerta
del Congreso Americano,
que desde tiempos lejanos
tiene una deuda sagrada;
y ha venido con la espada
de la verdad en la mano.

Vengo a reclamar lo mío
que por bueno me han quitao,
dejándome tan despilchao
que cuasi he muerto de frío.
Vengo con odio, con brío;
hastiao de un tiempo sufrido,
razonable y convencido
que aunque es pueblera la cancha,
yo he de ganar la revancha
si no es tramposo el partido.

Y a causa de esas razones
del congreso americano,
le van sacando al paisano
los últimos patacones.
Lo llenan de obligaciones,
siempre hay algo que pagar,
por guías, por señalar,
impuestos, marcas y sellos,
y hasta pagarles a ellos
pa que apriendan a charlar.

Nos quitaron las haciendas
a medias con el pulpero,
después las lanas, los cueros,
caballos, matras y priendas;
y en medio de esas enmiendas
creyendo de mejorar,
no se fijan al pasar
sobre su querida pampa,
se va perdiendo su estampa
su patria, pilchas y hogar.

Repartiendo las cargas


Y bueno llegó el momento
en que yo ya debo dirme,
por eso via a despedirme
y creanmé que lo siento.
El hombre es un elemento
que obedece a su destino,
y asigún yo me imagino
nos vamos trás un señuelo,
las aves buscan su cielo
y el cantor busca el camino.

Mas como el mundo es redondo,
los caminos también son;
y cumplida su misión
reaparecen desde el fondo,
por eso yo no me escondo
ni mezquino la partida,
tengo una cosa sabida
y en esa ciencia me planto:
en el trago y en el canto
no pasarme en la medida.

Repartiendo bien las cargas
todas las huellas son buenas,
y una conducta serena
evita cosas amargas,
la vida con ser tan larga
no es una, sino son muchas;
y van mezcladas las luchas
con tiempos de paz y amor,
y es por eso que el cantor
no ha de cansar al que escucha.

Doce brazas tiene el lazo
de la presilla a la argolla,
y tuitas las desenrrolla
bajo el mandato del brazo,
aguanten el cimbronazo
que les ofrece mi mano,
como un relincho lejano
de libertad y entereza;
les dejo aquí mi promesa
de "hasta otra vuelta, paisanos".


El recuerdo de mi china



Me descolgué del gateao
y la cincha le aflojé;
y áhi no más desensillé,
porque venía cansao.
Después de haber galopeao
varias leguas sin parar,
tenía ganas de yerbear
y charrusquiar, desde luego.
Junté leña, prendí fuego
y puse agua a calentar.

Mañé la yegua madrina
y embozalé un colorao,
que lo dejé a mano atao
en un tronco 'e cina-cina.
El recuerdo de mi china
me enllenaba el pensamiento,
y buscando el lao del viento
ensarté junto al fogón
una paleta'e capón
que traiba atao a los tientos.

Y mientras que voy mateando
sentao sobre un cojinillo,
todo un concierto de grillos,
la noche me va brindando.
Las estrellas, parpadeando,
en el cielo se despiertan; ,
sobre los pastos se asientan
claras gotas de rocío,
y en el pensamiento mío
las nostalgias se acrecientan.

Y después de churrasquiar
al resplandor de la llama,
con el recao formé cama
y me tendí a descansar.
Volví otra vez a pensar
en qué lindo es ser tu dueño,
y en el cachorro sureño
que voy a tener con vos.
Encomendé mi alma a Dios
y entregué mi cuerpo al sueño.


 

El poderoso


Ando un tanto mal dormido
pues anduve de jarana,
ayer fue el santo de Juana
y estuvo muy divertido.
Yo por gastarme en cumplidos
les llevé unas chucherías,
un collar de pedrerías,
una sortija de plata,
y hasta unos aros de plata
que gané en las romerías.

Baqueano pa los convites
y más habiendo mujeres,
compré en la esquina'e los Perez
un paquetón de confites.
Dentraron a hacerse quites
y rairse la paisanada,
pues en más de una verseada
que traiba la golosina,
a cada una de las chinas
le caiba como pintada.

Yo como siempre prudente
gané pa'l lao del alero,
le pegué un chirlo al sombrero
pa bajarle el ala al frente.
Cuando por ay de un repente
alguien pronunció mi nombre,
y que ninguno se asombre
pues la cosa no es mentira:
¿Saben quién era? La Elvira,
la que lo nombraba a este hombre.

Y ya que dentré en confianza
les via a contar una cosa,
por este varón, la Rosa
se peleó con la Esperanza.
La muchacha 'el vasco Gaiza,
aquella de trenzas ralas,
la que anduvo con Juan Salas,
¿la recuerdan o no la ubican?
la hermana de Ludovica
que también me arrastró el ala.

Pero entre todas hay una
que no me está dao nombrarla
pa que yo pueda mirarla,
Dios le dio al cielo la luna;
agua mansa de laguna,
donde se baña el lucero;
armonías de un jilguero
emborrachado de luz:
le juro por esta cruz
por ella me juego entero.

Un silbo cualquiera


Un silbo llevo jugando
entre mis labios helados,
es lindo silbar un rato
cuando se viene cansado.

Tranqueando voy por la huella
y si un penar se me enanca,
yo busco un silbo cualquiera
y sigo como si nada.

Se inquieta siempre el cristiano
cuando la fe se le acaba,
pero penar es probarse
y las fuerzas se le agrandan.

Pa descansar de la vida
tenemos tiempo mañana.



Dormido en la dicha


Silencio...¡Qué cosa linda!
Parece un ser el espacio
que se ha dormido en la dicha...
Todos temen dispertarlo...

Pájaros, árboles, yo;
quietitos como cuidando
que ni el aliento haga ruido
pa no cortar su discanso.

Embobados parecemos
en este mirar tan largo,
idea y vista se pierden
sorbidas por el espacio.

Silencio...¡qué cosa linda!
una nada y mesmo tanto
silencio...¡qué cosa linda!
una nada y mesmo tanto.

Parece ser un rispeto
de que Dios anda po' el campo.
Si uno escucha mesmo siente
que en el silencio hay un canto

y una presencia de vida
que impone como milagro.
Y el alma como se limpia...
en un sentir tan liviano!.

viernes, 26 de febrero de 2010

No es un regalo


La vida no es un regalo...
A crédito se la dan,
¿y pa pior?, nenguno sabe
el precio que ha de pagar

De balde,naides la lleva,
poco menos, poco más;
sin más tarde o más temprano
las cargas se han de igualar.

No digo que Dios trampea,
que se confunde será;
de ay viene que muchas veces
algunos pagan de más.

Y lo más feo del caso
es que no hay a quien reclamar.

Desde el alma de la pampa


Traigo un canto que me llega
desde el alma de la pampa,
desde un pajonal dormido,
desde el viento, desde el agua,
desde un árbol que se yergue
solitario en la lomada,
desde el blancor que a la luna
le van robando las garzas.
Desde el mujido de un toro
que va llegando a la aguada,
desde el eco de un relincho
que presagia una manada.

Ese es el canto que traigo
y que me perfuma el alma,
cuando pienso en la llanura
y se adentra en mi guitarra.

Desde una glorieta antigua
con glicinas desmayadas
y un patio donde las sombras
cuentan cosas olvidadas.
Me llega de una ventana
testigos de serenatas,
desde un trebolar que ha abierto
sus hojas por la mañana,
desde un monte anochecido,
desde una isleta de tala,
desde una tapera triste
que custodian dos calandrias.

Ese es el canto que traigo
y que me perfuma el alma
cuando pienso en la llanura
y se adentra en mi guitarra.

El automóvil

(Pintura: Jorge Rajadell)Inteligente el pueblero
un carretón ha inventao,
que ni Mandinga ha soñao,
dende lejos fuerte y fiero.
Pudiera ser tan ligero,
rezonga y si en la huella,
alguno quiere hacer mella
y lo ataja, ¡póbrecito!
No se salva ni el bendito
si el carretón lo atropella.

Sigún me han asigurao
ese carro de latón
lleva adentro de un cajón,
caballos amontonaos.
Y que esos son manejaos
por el que llaman “chofér”,
hombre de mucho saber
que prendido a una ruedita:
los asujeta, los grita
y hasta los hace correr.

Y naides se crea que es broma
si están tan bien enseñaos
los caballos encerraos
que ni siquiera se asoman.
Tienen una rueda e goma
y en ella aire han metído,
aire que se ha endurecído
por que está muy apretao.
¡La pucha qué habrá soplao
el que meterlo ha podido!

Pa decirle a uno que siga
o pa que se haga un costao,
el manejante sentao
va apretando una vejiga.
Es mejor que no les diga,
pa no pasar de atrevido,
a qué se parece el ruido
que sale del aparato:
¡se iban a reir un buen rato
si les digo el parecido!

Me quedé haciendo la cruz
cuando lo vide correr
juye más, a mi entender,
que un venao o un avestruz.
De noche lleva una luz
prendida a cada costao
y así el camino alumbrao
queda clarito, clarito,
ande dispara el maldito
como si fuera asustao.

Pa quien lleva la picana


Cubierto de agua el camino
voy como pisando plata,
está de brilloso y liso
que hasta las vistas resbalan.

Hundiéndose van las ruedas,
ellos hundiendo las patas,
yo haciéndome pinturitas,
mis bueyes hechando el alma.

Se descogotan los pobres
el no cairse, ya es hazaña,
me vieran ver con sus ojos:
veia barro encima 'el agua...

Pero como yo no tiro
de cabeza levantada,
voy como haciendo sapito
pellizcándola al mirarla.

Haberá quien cuasi, cuasi:
es buey, la carreta, el agua,
y naides se lo imagina
ni por la idea le pasa:

bien visto no hay mal camino,
pa quien lleva la picana...

Matiando

(Foto: Pedro Luis Raota)Un aguacero tupido
con fuerza que no rebaja,
golpea el techo de paja
con su monótono ruido.
Yo en la cocina metido
mis reflexiones barajo,
sentao en un banco bajo
mateando junto al fogón:
me ha entrao un recuerdo tristón
me viene a pegar un tajo...

Calienta el mate, mis manos,
mientras cada trago lerdo;
me van trayendo recuerdos
de pagos y de paisanos.
De aquellos tiempos lejanos
que no han de volver jamás,
porque al marchar al compás
sin detenerse un instante;
al dir el tiempo adelante
yo me voy quedando atrás.

Yo pienso que cualquier día
tendré otra vez lo que tuve
y andaré por donde anduve
como un gaucho de valía;
pero en la dura porfía
viene a terciar la razón
y un humito del fogón
se eleva al techo y se pierde:
pa que compare y recuerde
que es un humo la ilusión.


Las carretas


(Pintura: Ernesto Laroche)

Como un saludo triunfal
que el bosque agita y exhala,
sobre las ramas de un tala
se está hamacando un zorzal.
Y por el camino real
una gran carreta asoma,
rompiendo la policroma
quietud de las arboledas;
como un rancho con dos ruedas
que va buscando una loma.

Por el tortuoso renglón,
la tropa lenta y tranquila,
parece una larga fila
de brujas en procesión.
Y cuando el negro crespón
en la llanura flamea;
la larga fila se arquea
entre quejosa y jadeante:
como un 'mostruo' agonizante,
que en las sombras cabecea.

Como viejas en cuclillas,
divisando la extensión;
las carretas en montón
se han sentao en las cuchillas.
Bajo las blancas costillas
de los toldos cimbra el viento,
y junto al fuego un acento
lleno de amargo resabio,
muerde y se estruja los labios
con las palabras de un cuento.

Siempre con la misma pena
van cantando melancólicas,
como guitarras eólicas
bajo la tarde serena.
La luna pálida y buena
rompe de un toldo la cara,
la vieja armazón se aclara
bajo una brillante pauta
y el viento toca la flauta
en las cañas de tacuara.


El puestero de la aguada


Estaba Zenón Regules,
propietario de la estancia;
conversando con don Pedro,
el puestero de la aguada.

Uno diba bien montao:
monturas, botas altas,
espuelas cortas de plata
muy bien labradas.

El otro: recao campero,
de bombachas, alpargatas;
un montón de sacrificios
se le notaba en la cara,
y de un aspecto buenón
muy atento lo escuchaba.

-"¿Sabe, don Pedro?", decía,
"cuando pasen las heladas,
"vamos a hacer divisiones,
"convertir todo esto en chacra
"pa sembrarla con maíz,
"trigo, avena, cebada,
"traeremos varios tractores,
"araos, sembradoras, máquinas...

"¿Qué se me queda mirando
"con esa expresión tan rara?
"¡Dígame si no me entiende!,
"explíqueme: ¿qué le pasa...?
"Yo no veo nada malo
"hacer cosecha en vez de vaca.

-"Tal vez pa usted no sea malo
"que ésto se convierta en chacra.
"Pero yo ya estoy viejón,
"mi cabeza ya está blanca...
"Me la blanquearon los vientos
"trabajando en esta estancia.

"Yo vine siendo muchacho
"cuando el dueño era su Tata,
"y que era un hombre capaz
"de hechar el dos si rodara,
"o pialar en un rodeo
"de revés o de payanca,
"conocedor de la hacienda,
"orgullo de la pionada".

"Y ahura si ud va a cambiar...
"permítame que me vaya.
"Como digo: 'estoy viejón',
"no vua servir pa' las máquinas.
"Yo voy a dir a otros campos
"ande entuavía haga falta,
"Ande haiga un puesto pa'mí,
"unos caballos, unas vacas,
"y ande de vez en cuando
"se hagan yerras y pialadas".

"Ande exista una matera
"pa saborear esperanzas
"Así que...¡ya sabe Regules,
"quédese con la estancia!"

El patrón pegó la vuelta
sin pronunciar más palabra,
mientras en la cara del viejo
rodaron dos perlas blancas;
demostración de dolor
tener que dejar la estancia...

En eso se oyó unos gritos,
era el patrón que gritaba:
-"Vuelva don Pedro, pa'l puesto,
"¡naide a esta tierras las cambia!
"ya mesmo voy pa un remate
"pa ver si traigo más vacas,
"hoy aprendí una lección
"que me estaba haciendo falta!"

La mariposa (Estilo)


Tiene muy lindo color,
la mariposa liviana,
mil encantos la mañana,
la estrella tiene fulgor,
perfume tiene la flor,
misterio la fuente pura,
el campo tiene dulzura,
el viento canciones suaves,
dulce gorjeo las aves;
yo solo tengo amargura...

Tiene mil brillos el día,
flores silvestres el suelo,
y pureza tiene el cielo,
que cubre la patria mía.
Tienen muchas melodías
los campesinos cantares,
y calma tienen los mares,
después de los ventarrones,
todos tienen ilusiones;
yo solo tengo pesares...

Entre sus flecos la aurora
tiene mil encantos presos,
dulzura tienen los besos
de la mujer que uno adora.
La guitarra cuando llora
también tiene su terneza.
La noche tiene grandeza
que en sus crespones escampa.
Linduras tiene la pampa.
yo solo tengo tristezas...




Ansí no más


Pa' qué negarlo... surero
del chambergo hasta los pieces.
Más derecho y sin tropieces
que tuse de parejero.
Por oficio soy resero
bailarín y versiador,
algo diablón pa'l amor,
y pa'alardear de fortuna
me dió su disco la luna
pa'usarlo en el tirador...

Iba no más de pasada
como quien va sin querencia;
dentré sin pedir licencia...
... la puerta estaba entornada...
Pensarán que es agachada
o que tal vez lo hice adrede;
y pa' qué andar con enredes,
les viá decir la verdad:
de pura casualidá
dentré... y estoy con ustedes.

No tengo más pretensiones
que las que me dá la suerte:
pero eso si, piso fuerte
pa' dir rompiendo terrones.
He dao tantos trompezones
en la güeya de la vida
que tengo el alma curtida
y deshecha la osamenta
si hasta he perdido la cuenta
de tanta y tanta caída.

Mas, tengan por entendido
que un resbalón no es trompiezo,
y ande caigo me enderiezo
como quien sale al descuido.
Procuro andar prevenido
contra cualquier emergencia;
se valora una imprudencia
luego de estar cometida.
Va en eya a veces la vida
y en otras... va una sentencia.

Por eso, nunca hago alarde
de mi saber o bravura.
Cuando más uno se apura
es cuando yega más tarde.
La leña mojada no arde
sólo hace humo en la cocina;
es lo mismo que una china
que le está mintiendo amores.
¡Pa ser macachín sin flores
prefiero ser cina-cina...!

Disculpen si es que en la cuenta
me he pasao perdiendo plata.
Soy como pava de lata,
cualquier fuego me calienta.
Como cuervo en la osamenta
me aquerencio y hasta olvido
ande diablo dejé el nido
y hasta si emplumé pichones.
¡Será que no me suebra alones
pa'gastarme un un volido!

Me voy, pues.. Si se dá el juego
volveré como me he ido,
por eso no me despido;
digo no más... hasta luego.
Pero antes, vaya este ruego
y dispensen si es que digo
que pueden contar conmigo
pa'cualesquier entrevero,
que ande alguno deje el cuero
sabrá dejarlo este amigo...

Romance de la luciérnaga


Aquel álamo soñaba
con la gloria de una flor,
y en su ramaje engarzaste,
capullo astral, tu farol.

Sentiste el gozo del árbol
cuando al viento le contó:
“He florecido una estrella
tengo la gracia de Dios.”

Y dichosa con la dicha
del álamo soñador
te quedaste quietecita
prolongando su ilusión.

Viste la araña velluda
que sutil su red hiló,
mas no perdiste tu inmóvil
postura de estrella en flor.

Ni un guiño de luz miedosa
la muerte en ti sorprendió,
ni un temblor que malograra
tu generosa oblación.

Luciérnaga dadivosa,
cocuyo del buen amor,
¡si germinara en el pecho
de los hombres tu lección!...

Pavita de lata


Pavita vieja de lata
Tapa atada con cadena
Te encontré de olvido llena
De un vagón en la culata.
Tu abolladura retrata
de tu caminar las mentas
tiempo viejo que se ausenta
Cuando lucistes oronda
En el fogón de las rondas
De las tropas del 80.

Hoy te puse junto al fuego
Y al ver el agua que hervía
Me pareció que reias
Suspendiendo tu sociego.
Me puse a matiar y luego
Vinieron a mi memoria
Un puñadito de historias
De muchos añor atrás
Cuando el campo era una mar
Del Gualicho a La Victoria.

Pavita ande el agua canta
Cuando la llama la entibia
Pal mate gaucho que alivia
Penas de pecho y garganta.
Aquella semana santa
Tan lluviosa se presenta
La creciente avanza lenta
Y nunca hizo tanto daño
El agua como en el año
Mil novecientos ochenta.

Fueron del fogón la rueda
Con el aguita hasta el borde,
Los Cordomí, los Laborde
Y alguno más se me queda.
Josecito, que una seda
tendría sus yeguas tordillas,
Y cuando ni una gramilla
Quedaba fuera del barro,
A la culata iba el carro
Y punteando las tropillas.

De capatáz, diba Quique,
Lalo, Palacho, Manolo,
Aquellos gauchos que solo
Le pusieron pecho al pique.
Dejá nomás que critique
El que no sabe de entonces,
No existe placa ni bronce
Pa un coraje tan grandote
De encarar si bote a bote
Trai el agua el canal 11.

Hacienda de Peñaflor
Tiempo y lucha sin derroche
Mas de cien en una noche
Se murieron, si señor.
Y Quique, como un doctor
Cuyo título es: "La Hueya"
Con su sonrisa sin mella
A una patrona... altanero,
Le regaló asado con cuero,
De una vaca que era... de ella!

A uno que no está, lo guardo
Con un afecto notorio,
Yo jamás le dije Honorio,
Solo a veces... "Abelardo"
Fué como la flor del cardo
Semilla del campo abierto,
Parece mentira, es cierto
Que muchos piensan igual
Miro el cielo del canal
Y pa mi "El Negro" ... no ha muerto.

Gente simple del camino
Hechos al tranco manson
Dende el alba a la oración
Por los campos argentinos.
La vida con su destino
A toditos nos espera
Al rancho pa ser tapera
Y al hombre la muerte amarga
Toda calle con ser larga
Termina en una tapera.

Y la pava fogonera
Que me cebó estos recuerdos
Supo de los trancos lerdos
Prendida de la encimera.
También la muerte me espera
En alguna curva cruenta..
Puede ser que la concienta
Pa aceptarle ese "barato"
Pero antes te hice un retrato
Mil noveciento ochenta.



Compadriando


Cuando pulso la encordada
me vuelco con sentimiento,
y hay coplas que largo al viento
tan sólo por compadrada.
Y sepan que esta jugada
la copo por entendido,
porque a más de un atrevido
que me ha querido parar,
me lo he podido pasar
como alambrao caído.

Algunos dirán que es feo
el peludo azucarao,
pero cuando estoy montao
yo bien seguro me veo.
Guitarreando me floreo
y a ninguno me le achico,
y si bien franco me explico
haciendo esta atropellada,
no crean que es pura parada
como caballo e milico.

Si estoy jugando con fuego
y alguno se siente paja,
que me muestre la baraja
a ver quién tiene más juego.
Jamás me rebajo a un ruego
ni he tenido una rodada,
y en esta depositada
me siento tan satisfecho,
que ando sacando más pecho
que china recién casada.

Estos no son tropezones
del tranco de algún mamao.
Ni piensen que me he bandiao
con tantas ponderaciones.
Pa' terminar las cuestiones
dejo estos versos parejos,
si encandilan mis reflejos
es pa' que vayan sabiendo
que no me anduve durmiendo
igual que los perros viejos.

jueves, 25 de febrero de 2010

Le canto al sur



Le canto al sur...
le canto al sur porque nací en sus predios
y corrí por sus campos tras mis sueños
y miré panza arriba cuando niño,
dibujitos de nubes en el cielo.

Le canto al sur ¡porque me gusta, hermano!
Me gusta su manera de vestir en primavera,
chiripa'e gramilla, bota'e trébol,
todita multicolor su corralera.
Poncho de margaritas sobre el hombro,
porque alimenta tropillas con sus fuerzas,
la tierra negra es su pañuelo 'e cuello,
y el sauce su melena de poeta.

Porque cuando lo nombra mi guitarra,
aparcera y consecuente,
me embriaga con su aroma y lentamente
se desgrana en mi voz: una milonga...

Recordando el boliche

Pa'entrar a un boliche en la web, no tiene más que golpear las dedos y pasar p'al bolicho virtual de don Daniel di Leo: http://viejoboliche.blogspot.com

Viejo Boliche Pavón
Hoy yo quiero recordarte
Por que sos el estandarte
De la vieja tradición
Te llevo en el corazón
Y nunca podré olvidarte
Volveré para cantarte
En tu modesto salón
Y pondré mi inspiración
En cada verso que cante
-o-
Pueblas Luquez y Pavón
Fueron los antecesores
De aquellos viejos albores
De noches y amanecidas
Hoy vuela mi fantasía
Sólo quiero regresar
Viejo boliche a cantar
Mis coplas y serenatas
Y sentir que se desata
El potro del alma mía
-o-
Cuando caiga la oración
Llegaré hasta ese lugar
Dispuesto para cantar
Milonga y chamarritas
El corazón me palpita
Lo digo con emoción
El canto es la intención
Y mi verso así lo explica
Por que el criollo nesecita
De la vieja tradición
-o-
Viejo boliche de campo
Nunca te echaré al olvido
Por que este criollo ha vivido
En tus noches guitarreras
Hoy saco de mi asidera
Este verso para nombrarte
Nunca podrán olvidarte
Es mi canto el que te halaga
Viejo Boliche Pavón
Del camino a Madariaga
-o-
Y ya me voy despidiendo
Yo seguiré mi camino
Con mi guitarra y mis trinos
Con rumbo hacia el horizonte
Como el zorzal de tu monte
Así te voy a cantar
Cuando pueda regresar
A ese bonito paraje
Viejo Boliche Pavón
Del partido de Lavalle
-o-

En las esquilas


Pa' los curiosos de cosas de'nantes recomendamos:
http://coleccionrosatto.blogspot.com/2007/01/latas-de-esquilas.html
¡Hay de todo como en galpón!


Con un agosto echo pena
que me tuvo mal, confieso,
sin quedarme un solo peso
pa'recargar la alacena,
con una esperanza plena,
con el frío y aunque hocique
sin nada que a mí me achique
de "golondrina" salí;
rotundamente partí
en procura de algún pique.

 Apenas pasó septiembre
me largué pal lao de Pila,
a engancharme en una esquila
que empezaban en noviembre
y así como pa  diciembre
cambio de pilchas y a gatas,
"renueve las alpargatas"
a fin de año estaré,
gastando lo que gané
en esas jornadas gratas.

Haciendo "cebo" entre piones
remoloniando en la estancia,
sin trabajo y sin ganancia
me arreglaba en los fogones.
Se decía que había cuestiones
y se pasaba otro día,
sin mirar la pulpería
por no quererme empeñar,
y era un espiar y espiar
si la lana florecía.

En cuanto vido tranquila
la cuestión, el mayordomo,
ordenó con mucho aplomo
pa que se largue la esquila.
Por las maneas en fila
nos quedamos dando el resto,
ya la "comparsa" con esto
era una atención total,
y metíamos al corral
las majadas de los puestos.

Sobre un lienzo de arpillera
trabaja el hombre y le gusta,
aunque la faja se ajusta
pa hacer sonar la tijera.
Uno que ha quedao afuera
sabe que se desbarata,
y aunque entró perdiendo plata
enganchó de agarrador,
otro de embellonador
pero igual hacen su lata.
..........................
Después que la hube limpiado
bien la panza a un cascarriento,
crucé pa darle un "aciento"
a la tijera que he usao,
y ya bien despreocupao
lotié unas embellonadas,
pa dejarlas aliviadas
aunque empecé muy tardón
por darle el gusto al patrón
fuí haciendo las más cargadas.

También "enganche" contrajo,
un viejo que desvasaba,
el mismo que descornaba
y el que curaba algún tajo.
Cada cual con su trabajo
al asendao le dió brillo,
y aunque parezca sencillo
hay un clasificador
y el mejor esquilador
va esquilando los padrillos.

Entre el que alza los bellones
y el que pa'l consumo aparta,
como el que un cordero ensarta
o el que estiba en los galpones.
Después de esas cuestiones
que la primavera brinda,
pa que le dure y le rinda
y la vida sea mejor,
cargué bien el tirador
y vuelva con pilchas lindas.

Y disfrutando bien pancho
al resguardo de buen techo,
más que cómodo en mi rancho
punta de indio a lo ancho,
lo respiré sin reveses
como lo hice tantas veces
sobrándome un patacón,
viviendo de regalón
me pasé unos cuántos meses.

martes, 23 de febrero de 2010

Rancho viejo (Estilo)



Rancho viejo estás vencido,
casi del todo olvidado,
y al mirarte abandonado
parece que estás dormido.
El tiempo como al descuido
en derredor te ha cubierto,
por muchos yuyos es cierto,
ya libre de moradores;
vives tan rodeao de flores
parece que ya estás muerto.

Como los años pasaron
ya tus terrones cedieron.
Igual que quienes te hicieron
que pa siempre se marcharon.
Y tus pichones volaron
llevando el recuerdo humano;
del padre el consejo sano,
de la madre el beso tierno,
de pie el calor del invierno
y el fresquito del verano.

Una pequeña arboleda
te sirve de dulce aroma,
forma un círculo en la loma
pa lo poquito que queda.
Hay un eje con dos ruedas
que antes la carreta fue,
donde hubo un patio hoy se ve
un pozo ya derrumbado
y tu como un fiel soldado
que quiere morir de pie.

El caldén


Al mirarte en lontananza,
recortando tu perfil,
te parecés a un candil
con una luz de esperanza.
Y al poner en la balanza
el presente y el pasao
me imagino que habrá estao
bajo tu sombra ralona
paisano, recao, carona
y algún criollito gateao.

Solitario en la llanura
contemplarás el progreso
sin pensar que nada de eso
ha de achicar tu figura
pues sos la esencia más pùra
y tu estao es virginal.
Tu semilla es ancestral
y un hondo misterio encierra
que anque la tapen con tierra
no nace ni por casual.

Dicen viejos pobladores
que aunque parezca un hechizo
después que algún yeguarizo,
como probando sabores,
mastica chauchas y flores
y al digerir sus semillas;
aunque no es cosa sencilla
en nuestra bendita tierra,
nace la planta y se aferra
¡qué natural maravilla!.

Viejo Caldén centenario
vos abrás visto al malón,
a la lanza, al regatón,
y al paisano solitario
fuiste con él solidario
le dio sombra tu figura
y en el monte y su espesura
se afirma tu recia estampa
sos el señor de la pampa
y el patrón de la llanura.

Pa un puestero de "La Lor"


En cuanto encerré el nochero,
el cimarrón preparé
y acomodar empecé
unos versos pa un puestero.
Los tenía en el tintero
pensando en su nombre yo
y aunque mucho me costó
me dediqué a concertarlos,
pa copiarlos y llevarlos
aunque el tiempo se pasó.

Jugaban en mi memoria
sus mentas echando un pial
y un aplauso en el corral
de su larga trayectoria.
Su recuerdo ya es historia
por los potros que domó,
de los reales que ganó
levantando sus paradas,
en las carreras ganadas
por los pueblos que pasó.

Dejó desde los albores
de un precioso atardecer
hasta un bello amanecer
su menta en los mostradores.
Y entre sus dotes mejores
estaba el zapateador,
el campero verseador,
el de clavar bien la taba
y era una fija que estaba
donde se halla un cantor.

Nochero sin sacar cuenta
bolichero mil por mil
y no sé que día de abril
el hombre cumple sesenta.
Anda su hermana contenta
porque ya se sosegó,
creo que se acollaró
cuando quedó de puestero
como cualquier parejero
el paisano se aplastó.

Hoy que prudente lo noto
al que tanto caminó,
el que a la vida gastó
como alpargata de croto.
Hoy que se hizo devoto
a ser un casero fiel;
voy a llevarle pa él
como le conozco el rastro,
milongas de Martín Castro,
de Risso y Omar Menvielle.

domingo, 21 de febrero de 2010

El desafío


"Le corro con mi manchao
al alazán de Cerilo,
y no le pido ni un kilo
como le dio al Colorao.
Nicasio de abanderao
y como juez don Zenón,
a correr dende el portón
hast'allí, hasta el esquinero,
y me juego hasta el apero
y empeño hasta mi facón!...

No respeto caballeros,
estao, ni pelo, ni marca,
y al de la estancia "La Zarca"
le pueden bajar los cueros.
No me asustan parejeros
con tapa ni con trompeta,
que no es al primer sotreta
qu'en esta esquina e' "Las Latas"
l'hecho revoliar las patas
y luego, alargar la jeta!"

Le aceptan... y desensilla,
dejando sobre el apero
botas, facón y sombrero,
y hace vincha la golilla,
va de la cancha a la orilla,
en vez de un rebenque, dos;
y, con la fe puesta en Dios
cual legítima esperanza,
pa los laos de la balanza
a igualar sesentidos.

Le corre a un rosillo moro
marca de Hilarión Contreras,
que había ganao más carreras
qu'el colorao sangr'e toro.
Lo montaba un mozo Floro
muy güen corredor campero;
puntiador y ventajero
pa largar a la bandera,
pues no había quien le saliera:
siempre picaba primero!

El rival del mocetón
que se sintió desafiar
cargó, pal peso igualar
medio kilo e' munición.
Lo rodiaron un montón
que hacían juerza pa su lao;
otros seguían al manchao
al dir pal andaribel,
como si vieran en él
un triunfo ya descontao.

Y pa qué seguir narrando
lo que jué aquella carrera,
si cualquier hombre de ajuera
ya lo estará carculando.
Anduvieron mezquinando,
errar y errar la partida,
hasta qu'en una corrida
les bajó el abanderao,
y el rosillo y el manchao
jueron una luz prendida.

Y se sintió "¡ya pegaron!...",
y la cosa juè pareja,
ni se sacaban la ureja
y los rebenques bajaron.
Y cuando al final pasaron
entre el público y rayeros,
y entre aplausos y sombreros
que se agitaban de gozo,
el juez gritó sentencioso:
"¡Puesta, nomás, caballeros!".