viernes, 13 de marzo de 2015

Regresando



Aquí me tienen cantando
como en tantas ocasiones,
lleno de recordaciones
soy yo quien viene llegando.
Que se vayan arrimando
como un fogón encendido,
los que tengan el sentido
de la amistad que me dieron,
los que nunca me mintieron
por más lejos que me haya ido.

Cuando el trigal luce plena
la madurez de la lluvia
parece una mancha rubia
sobre la tierra morena;
siempre que la luna buena
de desvelos fue testigo,
hasta que el oro del trigo
quizo en el surco brillar,
asi yo me suelo dar
cuando en amigo es sabido.

Aquél que sembró mi ausencia
de gratitudes y olvidos,
en lo más hondo me ha herido
porque mintió en mi presencia.
Si cosecha indiferencia
de un tiempo mal cultivado,
que no se arrime a mi lado
con maneras resentidas,
cada cual tiene en la vida
aquello que se ha ganado.

Del amigo que sentí
en un abrazo su alma,
el que me llenó de calma
cuando abatido caí;
para él le traigo aquí
todo lo que puedo dar,
las flores de mi cantar
que es un humilde tesoro,
porque hay cosas que con oro
nunca se podrán pagar.



Volviendo al pago




No se porqué mal me miran
si recién vengo llegando,
todos me tienen recelo
lo mesmo que a perro guacho...
No se porqué mal me miran
si recién vengo llegando.

No ven de que silencioso
traigo en mi pecho un quebranto
que por cosas de la vida,
soy como un ave de paso...
No se porqué mal me miran
si recién vengo llegando.

Siempre solo, siempre triste,
siempre ausente de mi pago;
pero hay miradas de ausencia
que ya me están acusando...
No se porqué mal me miran
si recién vengo llegando.

Si me habrá estaqueao la suerte
las veces que me habré cáido
pero en mi florecen versos
como por cada guascazo...
Que naides tenga recelo
si soy como el buey de manso.

Ya me iré... seré una nube,
que pasó en tiempo'e verano...

jueves, 12 de marzo de 2015

Milonga para el oscuro



Al oscuro de Las Flores,
quién lo pudiera montar,
pa lucirme entre la gente
cuando salgo a dominguear
y aunque no tengo ni un cuero,
pilchas no me han de faltar,
ya ha de haber algún paisano
que me lo ayude a ensillar,
al oscuro de Las Flores
quién lo pudiera montar!

Era un pedazo de noche
brillando de luz lunar,
cuando el paisano Propato
lo sabía acomodar
y andaba tapao de plata
desde el lazo hasta el pretal,
si alguno por ahi me ha dicho
que era lujo por demás
pero ¡qué pingo el oscuro,
quién lo pudiera montar!

Algún 16 de Julio
muchos lo vieron pasar,
junto a la Virgen del Carmen
con la enseña nacional,
al tranco sin ningún galope
¿pa'qué hacerlo galopiar?
¿pa'qué apurar el paisaje
que era mirarlo tranquear,
al oscuro que le cuento
¡quién lo pudiera montar!

Don Luis Propato se ha ido,
se fue tal vez sin pensar,
sin que naides le dijera
que el pingo lo iba a esperar,
¡La pucha con la sorpresa
cuando lo oyó relinchar!
Pa que viera que andaría
montao en la eternidad
en el oscuro, paisano,
que yo no podré montar.

Armando apero de estrellas
don Luis Propato andará,
al oscuro de Las Flores
que nunca podré montar.

De la huella larga (Huella)


Voy llegando de vuelta
con un silbido entre los labios, 
a este pago que un día
dejé por gusto de andar andando.

Parece que supiera
de mis tristezas mi flete zaino,
que me ahuyenta el silencio
con la coscoja al ir llegando.

Una huella es regreso 
y otra es olvido que duele tanto, 
y entre olvido y recuerdos
los años lerdos fueron pasando.

¡Amhalaya! la vida, 
todas las cosas que me ha quitado
quien pudiera de nuevo
volver al tiempo que ya pasó.

Tralalaralala tralaralala tralarala....
una huella de penas, solo nos queda zaino a los dos.
 
Ya tan solo es tapera
lo que hasta un tiempo fuera mi rancho
y hasta el humo del pucho
noto en la vista que se ha ganado.
 
Vamos, vamos de nuevo
¡Vamos mi flete, vamos andando!
que un camino de ausencias
a los dos juntos nos abre el paso.
 
 Una huella es regreso 
y otra es olvido que duele tanto, 
y entre olvido y recuerdos
los años lerdos fueron pasando.
 
 ¡Amhalaya! la vida, 
todas las cosas que me ha quitado
quien pudiera de nuevo
volver al tiempo que ya pasó.

Tralalaralala tralaralala tralarala....
una huella de penas, solo nos queda zaino a los dos.


miércoles, 11 de marzo de 2015

El perro de los fortines



El perro de los fortines
el de la hazañas muchas,
el que estutvo en tantas luchas
entre toques de clarines.
Cuzcos, galgos y maitines,
fueron como una lumbrera
de aquella angustiosa era,
cuando la impetuosa marcha
iba pisando la escarcha
en las líneas de frontera.

El galgo, el sobresaliente
huesudo de hocico enorme,
que casi era deforme
pero el más inteligente.
De todos el preferente
no siendo en tiempos muy fríos
pero en los ratos impíos
gastó su último aliento,
para traer el sustendo
en los momentos sombríos.

O aquel que en la comandancia
andaba igual que un milico,
alzando al aire el hocico
avisando a la distancia.
Por su fina vigilancia,
el "atención del corneta",
a su mocha oreja inquieta
la pudo tranquilizar,
cuando el toque era carnear
o era un toque de retreta.

Con cualesquiera salía
a las leguas enfrentando,
tanto sea trasnochando
como marchando de día
Siempre la fiel compáñia,
de un perro seguía sus roles,
cuando los grandes crisoles
del campo lo sofocaba,
bajo el caballo marchaba
protegido de los soles.

Y en crueles noches heladas,
del invierno, en fríos muy grandes,
cuando andaba por los Andes
todas las tropas todas bloqueadas.
Llos perros fueron las hadas
de baquianos rastreadores,
esperanzas de calores
a milicos resignados,
cuando dio a sus pies cansados
alivio a sus dolores.

En los campos más oscuros
fue el anónimo sirviente,
avisador competente
de aquellos momentos duros.
Descubridor de "clinudos",
vigilante sin un fallo,
valiente, de firme tallo,
y guapo en cualquier terreno,
como la mula de bueno...
y de fiel, como el caballo.