domingo, 31 de diciembre de 2017

Navidad Gaucha


(Pintura: Carlos Montefusco)



Por lo criollo de su cuna,
que fue un cajón lleno ‘e pasto,
porque nació en un ranchito
perdido en medio del campo
apenitas si su Madre
se abajara del montado
una noche que de escura
¡no se véian ni las manos!
y se hizo candil la estrella
de Belén, para alumbrarlo.

Porque fueron los primeros
en llegar a saludarlo
paisanos qu’en las laderas
cuidaban de los rebaños
y uno le dio un corderito
para que tuviera un guacho;
otro, lo abrigó en la cuna
con un pelego, ¡bien blanco!,
y fue su primer juguete
el cencerro de un buey manso.

De mozo, se hizo tropero;
le dio por ir arrimando
al potrero de la Gloria
las almas de los cristianos.
Y en las “sueltas” que paraba,
lo rodiaban los paisanos;
unos, porque estaban rengos;
otros, porque estaban mancos,
¡y hasta el ciego pudo ver,
y hasta el mudo salió hablando!

Porque pudo ser soberbio
y fue, ¡tan prudente y manso!
que de Todopoderoso
nunca anduvo compadriando,
que más predicó con obras
que con su hablar “comparando”,
y por los trillos que hacía
siempre iba dando una mano,
mientras anduvo en la Tierra
durante treinta y tres años.

Y al final, Jesús, el justo,
injustamente acusado
(por no saber lo que hacían,
como dijo al perdonarlos),
allá en la punta de un cerro
sobre una cruz estaqueado,
tras repartirse sus prendas
lo bandearon de un lanzazo
sin ver que matarle el cuerpo,
era espiritualizarlo.

Por lo criollo de su cuna
como empezó ese relato
por lo digno de su vida
y por su muerte, ¡a lo macho!
-en defensa de su Patria-
no le quede duda hermanos:
que en aquélla Noche Buena
en tiempo y lugar lejano,
al nacer el Nazareno,
con Él, ¡nació el primer gaucho!

(Del libro: "Los versos del Montaraz").


Felices Fiestas pa'tuitos!


(Dibujo: Martín Malharro)



Ya se acaba el 17
y cabizbajo se’ntrega
porque otro que fresco yega
que ha de ser mejor, promete;
ya tengo ensiyao el flete
-pues sentao en él, me’levo-
y como en lo crioyo abrevo
me ayego hasta su heredá
con un: ¡Feliz Navidá!,
y otro: ¡Feliz Año Nuevo!

La lepra - El Hospital Muñiz


(Foto de don Luis Acosta García)




Don Luis Acosta García,
bardo que admiro y venero,
rindo culto a su memoria
desde el nombre al esqueleto.

Pero por más que lo admire
y rinda culto a su verso,
no puedo rendirle culto
en lo que no estoy de acuerdo.

Sobre el Hospital Muñiz
cantó tan profundo compuesto,
haciendo citas de la
historia de cada enfermo.

Y nos invitaba a enviar
un socorro al lazareto,
sitio de muerte y olvido,
de anonimato y silencio.

¿Que no le sería gravoso
el desprenderse de un peso?
Para donarles, decía,
ropas, vendas y remedios.



Pero yo respondo que
si ya no tienen remedio,
si son piltrafas humanas
desahuciados por los médicos.

Que si ya no tienen cura
y es invencible el flagelo,
y no obedece a la ciencia
la enfermedad del enfermo.


Si es un ¡ay!, que pide a gritos
que lo quiten del tormento,
que agoniza y no se muere,
que apesta y que huele feo.

Más vale ante lo imposible,
sin que se entere el enfermo,
que le dieran una droga
de rapidísimo efecto.


Que los fulmina en el acto,
que los salve del infierno,
y libre a miles de seres
del cautiverio dantesco.

Pues los internan porque
ninguno quiere tenerlos;
los miran como a un peligro,
como enemigos directos.


El ser más noble y querido
no quiere cargar con ellos,
y por temor al contagio
los tiran al lazareto.

Unos porque tienen asco,
otros porque tienen miedo
y como nadie los quiere,
todos le niegan su afecto.



Por eso lleva el leproso
el odio dentro del pecho,
por donde pase su ser
deja un rastro de veneno.

Porque sienten  en el alma
el irascible deseo
de hacerle daño a la vida,
de apestar al mundo entero.


Manosean una fruta
y la dejan con desprecio,
para injertarle la peste
al que la compre más luego.

Y refriegan las monedas
en los granos purulentos,
porque saben que el contagio
rueda en el germen disperso.


Es una lacra que toca,
que roza su labio enfermo,
en los bordes de una copa,
en las grietas de un cubierto.

Escupe sobre una flor
en las gradas de un colegio,
en las páginas de un libro
en donde toquen sus dedos.


Son viruelas que acarician
y dan el beso siniestro,
humor que odia, que maldice
y que nos hiere en silencio.

Pestilente con palabras,
llagas que tienen talento,
supuraciones que lloran
y añoran más de un recuerdo.


Montones de pus con ojos
que hacen señas sobre el lecho,
muecas que yacen con vida
y que para el mundo han muerto.

Al verlos se me parecen
una procesión de espectros,
que hacen erizar la carne
y ponen de punta el pelo.


He visto con amargura
las orejas de un enfermo,
largas como las de un asno
que hieden a cerdo muerto.

Que parecen dos espigas,
dos racimos de pus seco,
como un panal de materia,
de humor amarillo y negro.



A quien se le caen los labios
en cachos de carne y cieno,
y en donde tuvo la boca
tiene un agujero, un hueco.

Como una rendija sucia
que es garra y escupe puerco,
y muestra unos dientes largos
como si estuviera riendo.



Otro tiene la nariz
como un sapo virulento,
una plasta de materia
que hace sentir asco y miedo.

Que se le pegan los labios
como un parche, como un sello,
hay que operarle la boca
para que trague el sustento.


A quien se le caen las uñas
con los pedazos de dedos,
y le cuelgan como tiras
lonjas podridas de cuero.

Uno que clama por Dios
mientras solloza en silencio,
creyendo que su dolor
es un castigo del cielo.


Otros saben que viven
porque se les oye el eco
pues dan gritos guturales
como el ladrido de un perro.

Llagas que despiden pus
por donde asoman los huesos,
entre las carnes podridas
y deshilachados nervios.



Que las ropas interiores
se le pegan en el cuerpo
y les arrancan con ellas
los pedazos de pellejo.

Pienso que sería humano
elevarse al Nazareno,
que se les diera una droga
de rapidísimo efecto.

Que los fulmine en el acto,
que los libre del infierno,
y libre a esos pobres seres
del cautiverio dantesco.


Pues resulta una herejía
encerrar tanto tormento,
guardar el dolor de tantos
para que nos den consuelo.

Rendirle culto a la peste,
al contagio, al lodo, al cieno,
como si fueran reliquias
históricas de un museo.

Es la muerte que camina,
peligro que va tras nuestro,
que aulla, que silba, que ruge,
la LEPRA es un lobo suelto.


(Pintura de Benito Pietro: " Padre Damián de Molokai")



(Foto del Cura Brochero con lepra)

Hospital Muñiz


Señores y señoras;
oíd de este trovero
su cálida palabra
la fuerza de su verbo
amasado en el alma, 
templado en el cerebro
y vivido en las fibras
de un corazón inmenso.

Os hablo para que oigan
los hombres de talento, 
los que hacen con la pluma
y esos otros señores: 
el rumbo del progreso, 
que pululan mintiendo
para dormir seis años
sobre el dolor del pueblo.

No os hablaré en difícil
ni en decir académico;
la retórica que uso
la aprendí en el colegio 
de la vida doliente,
en mil noches de invierno
que sufrí con los otros, 
con los grandes enfermos
de la miseria humana:
los sin pan y los sin techo.

Todos oyen hablar de la miseria
del inmenso dolor de los vencidos
pero nadie les lleva una caricia
ni una dosis de aliveo.

Hay que ir a palpar, a ver de cerca
la lepra que encierran los hospicios
y después de meditar que es
el orgullo de muchos argentinos.

Hay que ir al Muñiz, a ese hospital,
helada sepultura de hombres vivos
y a ver a esos hombres que aun espantan:
enjambres de bacilos.


Cada nuevo que llega, en el portal
le sorprende la mueca de un portero,
que esgrime una guadaña poderosa
emblema de un imperio...





Sobre esas camas tan blancas
que de blancas causan miedo,
porque parecen mas bien
los ataúdes de hielo
que van a petrificar
esos miserables cuerpos, 
donde parecen verrugas
las junturas de los huesos.

Mujeres, hombres y niños
han perdido hasta la forma,
causan asco, pena y miedo, 
esos escuálidos cuerpos.

Unas enormes cabezas
sobre unos flacos pescuezos
y los brazos descamados
que se cimbran como remos,
las piernas parecen varas, 
las varas de un carro viejo
que las han hecho al descuido
llenas de nudos y pelos.

El pie ha perdido la forma
más bien parece un cangrejo
que le faltase de un lado
las uñas y el movimiento.
Los pechos parecen tarros
abollados y mugrientos
donde por cada corcova
se asoma el arco de un hueso
como lomos de tortugas 
bien cascarudos y secos.

Y como trágico emblema
de peste y odio soberbio
aún conservan el habla
los que están en movimiento.

Injurian, rezan, suplican
y claman al mismo tiempo
que despiden bocanadas
de sangre en coágulos negros.

Son los últimos pedazos
de sus pulmones deshechos, 
los últimos estertores
de secos labios, esqueletos
con almas que están bien sanas,
que anhelan seguir viviendo...

Pero es inútil, las almas
no pueden lograr su intento
cuando les falta materia
sólida y pura en el cuerpo.

Por eso clamo señores;
clamo por esos enfermos
que necesitan caricias, 
que necesitan remedios.
Un rasgo de compasión, 
una palabra de aliento...
nadie se haría más pobre
con donar un solo peso,
para socorrer en algo
a ese conjunto de enfermos.

Y si alguien que dudase
la veracidad de este hecho, 
que vaya al Muñiz, que vea,
que palpe, que juzgue y luego
que temple el alma en mi alma, 
que ajuste el verbo en mi verbo
y pregone una obra humana
de sentimientos fraternos.

Oigan bien los hombres ricos
¡con autos y muchos pesos!
Oigan las damas de alcurnia
que tienen hermosos perros,
a quienes visten y cuidan
¡como a príncipes con cetro!

¡Oigan los hombres que son
representantes del clero
y que hacen grandes colectas
a "beneficio" del pueblo.

¡En el Hospital Muñiz
necesitan los enfermos
un poco de pan y leche, 
frutas, ropas y remedio!

Para ser un poco humano
y sentir el mal ajeno
no se necesita ser
ni un anarquista soberbio,
ni un socialista fogoso, 
ni un radical con talento.

Sobra con tener conciencia,
llevar los ojos abiertos
y tener un corazón
que nos palpite en el pecho.

¡Hombres a todos invito
a ser humanos y buenos!








sábado, 30 de diciembre de 2017

Tranquera de estancia (Estilo)


(Pinturas: Jackie Molina)

Como guardián en la güeya,
alambraos acoyarando,
posta de vida y durando
con los años que la sellan,
sin que el tiempo le haga mella
con un dejo de arrogancia;
como atajando las ansias,
su enrejao horizontal,
está firme en su sitial
la tranquera de una estancia.

En el camino a un costao
tu madera espera ayuda,
es una reliquia muda
como emblema del pasao;
en tus goznes oxidaos
quedaron penas prendidas
da tanta y tanta partida
cuando se quiebra la voz,
poncho, pañuelo y adios
en amargas despedidas.


Posta abierta pa'l resero
en la senda polvorienta
fuiste gauchaza por mentas
en horizontes camperos;
sos división de potreros
y estás en la lejanía
como una eterna vigía
pa'cerrar o para abrirse
que con el tiempo ha de irse
pa'transformarse en poesía.

Viejo símbolo campero
en el tiempo eternizao,
nunca conoció el candao
en su eterno derrotero.
Con afán justiciero
quedarás para la historia,
te llevaré en la memoria
con el recuerdo mejor
y mi sueño de cantor
cantará para tu gloria.







Canto al hornero (Valseao)


Pajarito gaucho de las tierras nuestras
del ponchito rojo, del canto temblón, 
arquitecto insigne que bien nos demuestras
cuánta es la pujanza de tu corazón.

Pajarito gaucho que en plena tarea
con el aliciente de su amada fiel, 
alegras la vida cuando tintinea
tu tierna garganta como un cascabel.

Quién fue tu maestro para que aprendieras
a unir la argamasa, gran trabajador,
y con ello al hombre el ejemplo dieras
para hacer lo mismo, su nido de amor.

La horqueta de un árbol sobre una tranquera
donde haya una base, donde haya un lugar;
cantando trabajas con tu compañera
y afirmas cantando tu código dao.

La furia irascible soporta del viento, 
ni el sol ni la lluvia lo pueden destruir
porque con paciencia desde los cimientos
fuiste demostrando que sabes construir.

Pajarito gaucho de las tierras nuestras
del ponchito rojo, del canto temblón, 
arquitecto insigne que bien nos demuestras
cuánta es la pujanza de tu corazón.



Mis ganas


Soy el hombre más ganoso
que en el mundo puede haber;
y con ganas me han de ver
haciéndome el ganancioso
y me sé hallar afanoso
con ganas de compadrear,
con ganas de enamorar
la viuda de un hacendado,
sacarle a los rusos fiado
y mudarme sin pagar.

Entre las ganas que tengo,
tengo ganas de llorar,
ganas de querer pelear
y ganas de hacerme el rengo;
con ganas me voy y vengo
corriendo a la disparada;
ganas de hacer una hombrada
aunque me cueste un reproche;
ganas de irme esta noche
con una mujer casada.

Tengo ganas a montones,
ganas de pelear  los guapos;
ganas de agarrar mis trapos
y romperlos a tirones;
ganas de comer ratones
y de comer gavilanes;
ganas de agarrar los panes
y tragármelos enteros,
y buscar en los graneros
ganas de los haraganes.

A veces tengo ganitas,
¿ganitas de qué diré?
Ganitas de yo no sé,
pero ganitas chiquitas
de con mujeres bonitas
pasar noches de jaranas
y charlar  en las ventanas
con Lucila y con Leonor,
porque este gaucho cantor
novia con las dos hermanas.

Tengo ganas de repente,
ganas de morir de frío;
ganas de tirarme al río,
ganas de ser presidente;
ganas de ser muy valiente,
ganas de a todos matar,
ganas de querer celar
a la pobre prenda mía,
ganas de agarrarle un día
y hacerla contracantar.

Tengo una gana importante,
ganas de hacer morisqueta,
ganas de comer galleta,
ganas de ser atorrante,
ganas de ser vigilante
y ganas de ir a misa,
y ganas de tener risa
y ganas de ir a la escuela
y bailar la tarantela
con una turca en camisa.

martes, 26 de diciembre de 2017

Mi caballo oscuro

(Pintura: Rodolfo Ramos)



Como he sido aficionao
a domadas de jinete
yo también conseguí un flete
que llegó a ser muy mentao.
De potrillo fue comprao
en la estancia de un tal Luro,
hijo de un padrillo puro
y de una yegua petisa,
era de raza mestiza
mi lindo caballo oscuro.

Para pasear lo ensillaba
cuando llegaba el domingo,
daba gusto ver mi pingo
cuando a escarcear empezaba.
Mi prenda, cuando cruzaba
decía "allá va mi futuro"
y cuando ya de maduro
nuestro amor ya se pasaba
en ancas me la llevaba
de mi buen caballo oscuro.

Una vez que me largué
pa'una pulpería de afuera,
habían hecho una carrera
y a mirarle me paré.
El dueño de un pangaré
se me vino a lo seguro
y me dijo: "de aquél muro
y hasta donde usted disponga
y por la plata que ponga
le corro al caballo oscuro".

Yo no me le hice el rogao
y le acepté la partida,
le dije que le corría
pero que iba a descansar.
Me puse a desensillar
en un limpión medio duro
y monté aunque inseguro
de ganarle al pangaré,
pero ni carrera fue
pa'mi buen caballo oscuro.

A otras carreras cayó
un indio en un pingo moro,
emprendao en plata y oro
y a correr me desafió.
Le acepté, desensilló,
vide que el moro era puro...
Amigazo! en qué apuro
el pampa jugó su prenda;
yo plata, recao y rienda
y a gatas ganó mi oscuro.

Como no había tercero
le gané al fiador sin trampa
y muy enojao el pampa
ahí peló su caronero.
Le hice un tiro tan certero
que en la trompa lo perjuro
y, mi amigo, sino procuro
de cortalo de revés
me mata el pampa tal vez
por ganarle con mi oscuro.

Rienda, rebenque, bozal,
bastos, cincha, cojinillo,
tirador, rastra, cuchillo,
espuelas, fiador, pretal,
lazos, manea, pegual;
son prendas que yo procuro
y sin proceder impuro
al pangaré y al tostao
y al moro los he ganao
con un buen caballo oscuro.
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Autor: lo estamos averiguando.

martes, 19 de diciembre de 2017

Comunión de Navidad (Milonga)




En el cielo de Belén
hay una estrella brillando,
y en el portal de Belén
hay un niñito llorando.

En el cielo de Belén
hay una estrella brillando,
y en el portal de Belén
hay una madre cantando.

 Rey de los reyes del mundo,
sólo los pobres lo ven:
es el misterio profundo
del Niñito de Belén.

Mira en la Hostia divina
que está el niñito Jesús,
mira que todo ilumina
con el amor de su cruz.

Tiene en sus labios la paz
y el Amor entre sus brazos;
tiene un palomo torcaz
durmiéndose en su regazo.

 Mira que pide en tu pecho
un pesebre que habitar,
para hacer su humilde lecho
donde le puedas cantar.

Mira que pide tus labios
para seguir enseñando;
mira que pide tus pies
para seguir caminando.

 Mira que pide tus ojos
para seguir dando luz;
mira que pide tus hombros
para cargar con su cruz.

Mira que pide tus manos
para seguir construyendo;
mira que pide tu vida
para continuar viviendo.

Mira que pide tus penas
para continuar penando,
mira que pide tu amor
para continuar amando.

Al Niñito de Belén,
que nació para sufrir,
no lo defraudes jamás,
piensa que murió por ti.

En el cielo de Belén
hay una estrella brillando,
y en el portal de Belén
hay una madre cantando.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Alambre e' fardo


(Foto: Daniel Sempé)



Alambre e´fardo que fuiste
el tornillo chacarero.
Dentraste en cualquier aujero
y siempre a mano estuviste.
Por la huella te perdiste
como se fue la alpillera,
te tapó la polvareda
que echó el progreso a su paso,
y hoy no se halla ni un pedazo
Pa´una atadura cualquiera.

El nylón te ha superao:
hoy ya no se usa el alambre.
Si hasta parece un matambre
todito el pasto arrollao.
Ya no se te ve colgao
en el gancho de un galpón.
Salvaste la situación
aliviando alguna penas
Y pa´unir a dos cadenas
Te pusieron de eslabón.

Juiste tiento en el apero
de una costura apurada.
Y ataste la empalizada
Pa´l zarzo del gallinero.
También te usaba el pueblero
para más de una labor.
Y te derritió el calor
-si me acuerdo ¡la gran siete!-
la lengua de aquel soplete
en manos del soldador.

A veces te colocaron
como manija pa´un tarro
y en tractor y en el carro
pa´emergencias te llevaron.
Los niños te utilizaron
de arito pa´hacer burbujas.
El linye te usó de auja
costuriando la alpargata
y en otras te hicieron plata
cuando cayó algún ciruja.

En el perno e´la volqueta
al cáirse la titular
vos la fuiste a reemplazar
ya convertido en chaveta.
Fuiste suncho que asujeta
en esas jaulas quinteras
y también de abrazadera
te supieron colocar
cuando había que prolongar
los metros de una manguera.

Tan sólo quise nombrar
de este alambre algunos usos.
Quizás parezca inconcluso,
mucho me faltó apuntar
y al volverlo a recordar
se me alegró el lao izquierdo
y como nunca fui lerdo
una hebra supe guardar:
hoy la voy a utilizar
pa´colgar estos recuerdos.



Pa' "Los Álamos"

(Pintura: Stella Maris Hansen)



Boliche’el camino real
que entre Cañuela’y Las Heras
vos fuiste lugar de espera
del resero, del mensual;
en mi verso decimal
yo le canto a tu memoria,
fue tan grande, tan notoria
tu ausencia de ese paraje
porque pa’quel paisanaje
fuiste un pedazo de historia.

“Los Alamos” se llamaba
aquel boliche qu’era
parada de la galera
y todo aquel que pasaba;
los gurises que pescaban
en el “arroyo tercero”,
frente a tu reja pidieron
con ansia de chiquilín
la cola o el naranjín
pa’ refrescar el garguero.

Días de lluvia, de barro
a veces meses enteros,
y allí cáiban los tamberos
en una veintena’e carro’,
al barullo de los tarros
después de haber descargao
era el parar obligao
para tomar el Vermú,
la ginebra o “Caña Ombú”
y dar resuello al atao.

Parece que se hamacaran
tuitos al mesmo compás,
el de adelante, el de atrás,
el ladero, el de las varas,
zainos, pampas, malacaras…
¡cha! si había una tropilla,
y al costao de la gramilla
ande empieza el caminito
hacía el sudor un charquito
al chorriar por las ranillas.

Anda al trote Don Vicente,
corre fuerte el coperío
pa’ atender tanto gentío
hay que ser sobresaliente
siempre atento con el cliente,
parroquiano o forastero,
repleto el estante entero
con yerba, fideo, sal fina
pa’ abastecer la cocina
de la estancia o el puestero.

Como resonando el eco
de aquel grito de ¡Opa… opa…!
por áhi llegaban las tropas
que venían dende Areco;
al tranco pausao y chueco
como Güiraldes lo nombra,
pisaba la verde alfombra
de mi “pago cañuelero”
Nogueira, el gaucho arequero
y el alma del Viejo Sombra.

“Alamos”…! que en un pasao
fuiste de Vicente Feito
el tiempo te ganó el pleito
y quedaste abandonao;
¡si se habrán hecho asao’,
corderos y costillares!
grandes bailes familiares
‘nel patio bordeao de yuyos,
sitio que fuera un orgullo
de nombre, en estos lugares.

Boliche que te lucías
con tu cancha, tu frontón;
pa’l tiro de algún chambón
tejido arriba tenías;
‘pelotaris’ que venían
a caballo, en bicicleta,
se juntaban los atletas
pa’ competir en el juego
y aún conservan “Los Gallegos”
varias yuntas de paletas.

Amigo ‘e toda la gente,
de Juan, de Pedro, de Andrés,
era el linyera irlandés
que vivía bajo el puente,
verlo allí era muy frecuente
al ruido de las chancletas,
tiocas las manos, masetas,
y aún hoy, endispués de muerto,
recuerdan a Don Alberto
su luchar con la maleta.

En un marco de recuerdo
sobre un lienzo de memoria
fui dibujando tu historia
al tranco cansino y lerdo,           
en el pasado me pierdo
para poder rescatarte
cual si fuera una obra de arte
te llevo en el corazón,
por si se da la ocasión
de exponerte en cualquier parte.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Bendita sea tu pureza (Estilo)


Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A tí, celestial princesa,
Virgen sagrada María,
yo te ofrezco en éste día:
alma, vida y corazón,
mírame con compasión
no me dejes madre mía.

Señuelo (Milonga)


Mis consejos le han de cair 

al viejo, al mozo, al cachorro
y si lonjazo no ahorro
es pa sacarles provecho
que el hombre ha de ser derecho
lo mesmo que cueva 'e zorro.

La decencia es una planta
que no le teme al pampero,
las flores de enero a enero
se seca al menor descuido
y el hombre que la ha perdido
al diablo le ha vendido el cuero.

Un amigo es un amigo:
ricachón, tristón o en pata
no lo pulsés por la plata
cuando veas sinceridad
que él beberá tu amistad
aunque sea en un jarro'e lata.

La mentira es una doña
pinchadora como espiche,
aunque de lejos te biche
cortale la rilación;
con la verdad y la razón
comprás en cualquier boliche.

El que da sin que le pidan
en su nobleza se agranda,
si el corazón te lo manda
jamás te arrepentirás:
la galleta que comás
te va a resultar más blanda.

Se perdonante con esos
que la bondad te lonjearon,
y a la maldad la dejaron
pastoreando en tu terreno,
si a Dios por ser gaucho y bueno
también lo crucificaron.

Saber elegir mujer
es mucha sabiduría
mas naides decir podría
salvo de todo engaño:
si la que eligió pa'un año
le puede durar diez días.

La bruja de la guadaña
ya está amagando a este viejo,
ahi va mi último consejo
y no lo echés al olvido:
si en tierra gaucha has nacido
por ella da hasta el pellejo.




viernes, 8 de diciembre de 2017

Letanías de la Virgen


(Pintura: Giambattista Tiépolo)


Señora del buen anuncio,
mujer creyente,
Madre de Dios.
Señora de la fe simple,
mujer de pueblo
ruega por nos.

Ahora y en la hora
de nuestra muerte
Virgen María
ruega por nos.

Señora del amor hermoso,
mujer fecunda,
Madre de Dios.
Señora de la ternura,
mujer amable,
ruega por nos.

Ahora y en la hora
de nuestra muerte
Virgen María
ruega por nos.

Señora de la familia,
ama de casa,
Madre de Dios.
Señora del vecindario,
voluntariosa,
ruega por nos.

Ahora y en la hora
de nuestra muerte
Virgen María
ruega por nos.

Señora de los dolores,
mujer sufrida,
Madre de Dios.
Señora de la paciencia,
mujer de aguante,
ruega por nos.

Ahora y en la hora
de nuestra muerte
Virgen María
ruega por nos.

Señora de la esperanza,
mujer serena,
Madre de Dios.
Señora de la alegría,
mujer sencilla,
ruega por nos.

Ahora y en la hora
de nuestra muerte
Virgen María
ruega por nos.


Hermosa como el cielo


Las torres se levantan cuan brazos poderosos
Y el alma se estremece cruzando este portal: Señora de Luján
Aquí nos encontramos con vos y con nosotros
Como aves cobijadas en tu alma maternal: Oh madre celestial

HERMOSA COMO EL CIELO, BENDITA SIN IGUAL.
MIRAME CON TERNURA DIVINA Y MATERNAL.
MIRAME Y NADA MAS.

Aquí le das consuelo al triste y lo levantas
Y sanas las heridas del alma popular ungiéndola de paz

Aquí se humilla el rico postrado ante tus plantas
Y aquí reafirma el pobre su inmensa dignidad: Señora celestial
Al contemplar tu rostro, espejo de la gracia
Reciben los pequeños la luz de tu bondad, Señora de Luján.
Y aquí dejan los sabios soberbios su arrogancia
Para beber un poco de tu fresca humildad, remanso celestial.

HERMOSA COMO EL CIELO, BENDITA SIN IGUAL.
MIRAME CON TERNURA DIVINA Y MATERNAL.
MIRAME Y NADA MAS.

Aquí en tu santuario la Patria toca el cielo
Aquí respira el pueblo fragancia celestial de paz y de hermandad
Y desde aquí tus ojos irradian en mi suelo
la fuerza y la energía que solo Dios nos da, Patrona del lugar

HERMOSA COMO EL CIELO, BENDITA SIN IGUAL.
MIRAME CON TERNURA DIVINA Y MATERNAL.
MIRAME Y NADA MAS.

Recitado:Virgencita de Luján,
madre del pueblo argentino
bendice nuestro destino
da paz a los corazones
y escucha las oraciones
que te hacen los peregrinos

HERMOSA COMO EL CIELO, BENDITA SIN IGUAL.
MIRAME CON TERNURA DIVINA Y MATERNAL.
MIRAME Y NADA MAS.