domingo, 31 de diciembre de 2017

Navidad Gaucha


(Pintura: Carlos Montefusco)



Por lo criollo de su cuna,
que fue un cajón lleno ‘e pasto,
porque nació en un ranchito
perdido en medio del campo
apenitas si su Madre
se abajara del montado
una noche que de escura
¡no se véian ni las manos!
y se hizo candil la estrella
de Belén, para alumbrarlo.

Porque fueron los primeros
en llegar a saludarlo
paisanos qu’en las laderas
cuidaban de los rebaños
y uno le dio un corderito
para que tuviera un guacho;
otro, lo abrigó en la cuna
con un pelego, ¡bien blanco!,
y fue su primer juguete
el cencerro de un buey manso.

De mozo, se hizo tropero;
le dio por ir arrimando
al potrero de la Gloria
las almas de los cristianos.
Y en las “sueltas” que paraba,
lo rodiaban los paisanos;
unos, porque estaban rengos;
otros, porque estaban mancos,
¡y hasta el ciego pudo ver,
y hasta el mudo salió hablando!

Porque pudo ser soberbio
y fue, ¡tan prudente y manso!
que de Todopoderoso
nunca anduvo compadriando,
que más predicó con obras
que con su hablar “comparando”,
y por los trillos que hacía
siempre iba dando una mano,
mientras anduvo en la Tierra
durante treinta y tres años.

Y al final, Jesús, el justo,
injustamente acusado
(por no saber lo que hacían,
como dijo al perdonarlos),
allá en la punta de un cerro
sobre una cruz estaqueado,
tras repartirse sus prendas
lo bandearon de un lanzazo
sin ver que matarle el cuerpo,
era espiritualizarlo.

Por lo criollo de su cuna
como empezó ese relato
por lo digno de su vida
y por su muerte, ¡a lo macho!
-en defensa de su Patria-
no le quede duda hermanos:
que en aquélla Noche Buena
en tiempo y lugar lejano,
al nacer el Nazareno,
con Él, ¡nació el primer gaucho!

(Del libro: "Los versos del Montaraz").


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