Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A tí, celestial princesa,
Virgen sagrada María,
yo te ofrezco en éste día:
alma, vida y corazón,
mírame con compasión
no me dejes madre mía.
"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
1 comentario:
Gracias por recordar esta oracion hermosa de mi infancia
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