lunes, 16 de abril de 2012

La repartija del boyo



Viá ingerir porque estoy juerte
con tan dulce medicina;
viá prenderme de las clinas,
me vi´afirmar en el ñudo,
pa´ver si salto el copudo
aunque me fleche la espina.

Dicen que antes, dir pal´toldo
era cosa facilonga;
áura es vieja esa milonga
y si hay desierto tuavía
es l´alma ´e la polecía
con su ley de meta y ponga.

¡Ande va ir el que anda en mala,
sin ventajas ni fronteras,
si lo atajan las tranqueras,
si lo estaquea el alambrao,
si cuando uno anda apurao
lo vende un gringo cualquiera!

Hablan de que hay más progreso,
dicen que áura hay más escuelas,
tiempo del hombre que vuela,
la edá de los aparatos.
¡Qué candelero barato
tiene semejante vela!

Como hormiga, el pobrerío
por la costa se amontona.
Sin un alce, es la carona
pa´ siempre abajo´el recao,
pingo viejo castigao
a talero y a llorona.
De noche hembra y de día peona
pasa el mujeraje hambreao.

Que todos vivan hermanos
se ordena en esta receta.
¡Política de retreta,
caramelito´e feriao,
pa´ que lo masque apurao
todo gurí con libreta!
En el palo enjabonao
flamea esa camiseta…

Dicen que seamos hermanos
y asigún color de cuero,
separan a los terneros
en escuela de indio y blanco.
De chicos y desde el banco
pa´ diferente potreros.

¡Qué le importa a los gobiernos!
¡Qué saben lo que es sentir
el rigor del mal vivir,
la chuza de andar hambriento,
la afrenta del hilachiento,
las noches del mal dormir!

¡Qué sabe el de la gavilla
lo que es carnear pa´ la cría
que tose en la noche fría
la culpa de haber venido,
sin tener caliente el nido,
ni el plumón de la alegría!

¡Qué miren en la ranchada
la ollita del locro guacho,
una cuadrilla ´e muchachos
peliando una pata asada,
y uno é pecho a las boqueadas
por malquebrarle el empacho!

Reniegan del curandero
¡y qué va'hace el que es pobre
si no lo ampara ni un cobre
pa´ echarle un güeso al puchero!
Sanidá… ¡lindo letrero
pal que la plata le sobre!

Casa, escuela, güen pasar,
religión, güenos modales,
curaciones y hospitales,
abandono´e la bebida...
¡Pucha, que son comedidas
las plagas electorales!

Chupar le queda al paisano,
perderse por una caña,
llevar quemando su entraña
la brasa del corazón,
y hacer un viaje... a facón
a la perrada ´e campaña.

¡De que sirve el hospital,
la justicia, la intrusión,
si primero es la ración
que ampara la dignidá!
¡Si hambriento, naides querrá
sentir clase ni sermón!

No me llevan por delante
con todas esas embrollas;
sé lo que echan en la olla:
mezquindad, rabias y risas,
de día invitando a misa,
de noche, ataos de una argolla.

Ansí seguirá en la huella
la repartija del boyo,
pero en esta tierra´e crioyos
pa´ tratarnos como hermanos,
sepamos darnos la mano
pa´ levantarnos de hoyo.

Ansí, con esa tropilla
de semejantes cerreros,
gané las islas primero,
juí capincho tiroteao,
macá entre los embalsaos
y hombre-nutria en el estero.

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