domingo, 22 de abril de 2012

Mi tropilla de mañeros


La tropilla que yo tengo
no es pareja ni de un pelo,
nunca sirvió pa modelo
y apenitas la mantengo.
Soy gaucho que voy y vengo
sin paradero tener,
y nunca he podido ver
otra igual en mi campaña
pues tiene todas las mañas
habidas y por haber.

Tengo un gateao con manchones
que compré allá en "El Remanso",
pa'tenerlo medio manso
le mezquino las raciones.
Porque es de esos mancarrones
que son mansos y tan flacos
pero se ponen beyacos
si uno los deja engordar,
el lomo empiezan a inchar
si le tocan los sobacos.

También tengo pa ensiyar
un alazán sobaquero,
que como sé que es mañero
cuando lo voy a cinchar,
lo suelo hacer estirar
para que no se me encoja,
como él por nada se enoja
y se queda satisfecho
pero al galopear un trecho
¡ya va con la cincha floja!

Y aunque ninguno me crea
soy dueño de un patas blancas
que me tira por las ancas
cada vez que se volea.
Y me las he visto muy feas
con un matungo azulejo
que aunque está bastante viejo
todavía se dispara,
cuando se cansa se para
y yo disparar lo dejo...

Tengo un zaino que jamás
se termina de amansar,
nunca se deja agarrar
y es coceador por demás,
¡pobrecito del que atrás
se le pare distraído!,
porque patea al descuido
y tira con las dos patas
y hasta hace temblar las matas
cuando pega un resoplido.

Y asentadón y mañero
tengo un pingo renegrido
que yo nunca lo he querido
vender porque es un regalo.
Si lo dejo atao al palo,
corta el freno y se lo saca,
rompe cabresto y estaca
y una vez, quebró un palenque
¡y pa qué gastar rebenque
el día que se me empaca!

Tengo un tobiano charcón
que espantadizo y esquivo
es patiador al estribo
y le gusta el mordiscón;
y mosqueador y sobón
tengo un malacara chico
que a veces, cuando le aplico
algún chirlo si lo monto,
ya sale cuando lo apronto
la cola como abanico.

Y es una yegua lobuna
la que tengo de madrina
de raza bastante fina,
cría de Hilario Laguna,
que el día que está con luna
naides se le tiene encima
y capaz que lo lastima
de un manotón a cualquiera
¡se pone como una fiera,
ni una mosca se le arrima!

Yo ya conozco tan bien
los pingos de mi tropilla,
que me sirven pa mi silla
aunque trabajo me den.
Siempre juntito se ven
porque nunca se dividen,
por ser criollo, no olviden
que soy capaz de un buen gesto
pero si nunca los presto
es porque no me lo piden.

Autor: lo estamos averiguando...

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