miércoles, 18 de abril de 2012

De varios pelos

(Pintura: Pepe Gonzalez Guerrico)

Obligao a renovar
-por el tiempo transcurrido-
los "chuzos" que había tenido
me propuse otros juntar.
Hombre ducho pa'domar
y el cachorro que ayudaba,
poco a poco los juntaba
reseriando en algún viaje,
ansí jue como los traje
y a los otros entablaba.

Madrina "overa-rosada"
con lo que jue una pelea
acostumbrarla a manea
pa'que se quede parada.
Pero una vez enseñada
era una estaca más bien,
potro acoyarao recién
parecía lo inotizaba,
y en pocos días lo soltaba
aquerenciao ya, también.

Primero me conseguí
un "tobiano" vaso blando
que cuando estaba'mansando
casi casi lo vendí.
Ni bien lo enfrené, salí
en un viaje algo cortón,
se bolea el mancarrón
sin motivo y de repente,
pero curó el incidente
y jue crédito'el montón.

A un "barroso" muy nuevito
-que lo tenían a bañao-
compré casi regalao
en la feria de un pueblito.
Lo esperé y ¡qué pinguito!
Ni bien dentró a pelechar,
ya terminao de amansar
me conseguí un "pangaré",
y a ese si le dediqué
mucho cuidao al montar.

Muy tranquiador resultó
saliendo güeno en la rienda
y en el trabajo de hacienda
ningún otro lo igualó.
A pocos días me ofertó
el puestero'el otro lao
un mestizón "colorao"
qu'él no lo pudo amansar,
más lo supe acomodar
sacándolo muy probao.

Un hermoso potro "oscuro"
en la sortija gané
y a poco que lo monté
le divisé gran futuro.
Hasta en la piedra seguro
y aunque'ra'lgo escarciador
me resultó encarador
que ante nada se negaba,
por eso lo reservaba
pa'l entrevero mejor.

Un "overo" bien chorriao
me traje de Baradero,
se lo negocié a un tambero
que muy poco lo había'ndao.
Estaba medio amansao
y al ponerlo a trabajar
medio se quiso aplastar
pero al tiempo reacionó,
y ese sí que me salió
mansito pa'desfilar.

De Puán, un pago surero,
traje de una sola vez
por lo barato, a tres
de un amigo chacarero.
Un "tordiyo" coscojero,
un "azulejo" y un "ruano",
cabayo éste, soberano
por mansejón y dispierto
pa'l trabajo en campo abierto
y con el lazo, baquiano.

Pa'trabajar ya tenía
pero también patacones
y esas grandes ilusiones
que a diez pingos yegaría.
Sin pensarlo mucho, un día
hablando con un muchacho
que los compraba pa'l tacho
apartó un lindo "rosiyo",
y yo agregué un "doradiyo"
rabicano, con penacho.

Un crimen hubiera sido
el no haberlos apartao
por ese gran resultao
que de'yos he conseguido.
Ansí les he describido
esa tropiya de diez,
que al recordar cada vez
yo los chiflo y en montón,
se'ntablan al corazón
y aclaran mi lucidez.

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