(Pintura: Rodolfo Ramos)
Ella, la arisca madrina de su tropa de sueños;
cencerreador señuelo de cariño
que entropilló su orgullo, manso como majada.
En las casas
se hizo jinete de una silla petisa,
y aflojando los brazos, con la cabeza caída,
puesto a pensar en ese zonzo embrujo,
los patios de pizarra,
cerraba bien la mano; sacaba como lápiz
el dedo'e punta chata,
y tembleque, con aquella emoción que ya era vicio
aparecía un "Rosaura".
La última letra, a lazo de vergüenza
cinchaba siempre el apurao borrador de la alpargata,
y alguna vez ante su olvido, el viento
compadecido le prestó sus alas.
¡Ni que hubiera aprendido en la escuela
a escribir esa sola palabra!
Para él no había otra moza en el pago
que aquella de nombre florido: Rosaura.
En las medias siestas,
con las dos manos en el cabo'e guampa,
en cualquier tronco se dormía las horas
desafilando al ñudo su constancia.
Sabía probar la suerte haciendo señas
en cáscaras de sándia,
y las hacía dar vueltas, de rodillas
pa'que le dieran rumbo a su esperanza...
Y consultó a la médica;
l'hizo gastar un naipe en las carteadas,
compró perfume y encargó un chambergo
y la espió bajo el ala;
llevó pañuelo'e seda con sus letras,
las botas bien lustradas,
y cambió el coronillo de puestero
por el fino rebenque cabo'e plata;
y alumbró los talones con espuelas,
y habló más fuerte, y se allegó a las cancheras,
y engalanó el montao de freno a estribo
y aprendió a tomar caña.
-No es moza pa'usté, cumpa;
saque fuerzas de adentro pa'olvidarla,
y deje que los tiempos cicatricen
ese nombre calado a punta'e daga;
no es moza pa´usté cumpa;
lo está sobrando largo con su armada
pa'pialarle la mano llena'e reales
al dueño de la estancia "La Rosaura".
No es moza pa'usté cumpa
aguante como macho la chuceada,
'tan invitando al pueblo mucha gente
porque... va a ser la cosa pa'mañana...
No sea zonzo, muchacho, todo el pago
se ríe de su desgracia...
-¿Y últimamente, usted, de dónde viene
pa'curar mataduras de palabra,
si nunca le he pedido una receta
ni en almanaque le miré la cara?
-Yo vengo de la Esquina, tengo campo
y soy el dueño de las dos... estancias.
No hubo atajes, ni jueces, ni laderos;
trastabilló la invitadura'e caña,
y hubo un recule pa'encontar a saltos
y mirando'e costao, una limpiada,
y se buscaron una daga fina
y un "38" con el cabo'e nácar...
Reventaron toreando dos balazas,
se hizo un cambio de moras por ojales
y cayeron los dos a las boqueadas...
-No es moza... pa'usté cumpa...
lo invito... pa'mañana...
-Como guste... compadre.... lo acompaño...
y se abrió el poncho de la noche larga.
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Cuando asomaba entre la liña'el monte
sus alas de colores la mañana,
alumbró dos paisanos al sereno
y en sengre un nombre de mujer: "Rosaura"...
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Su tumba nunca se vistió de flores,
ni tuvo nunca un doble de campanas,
ni un rezo, ni una vela, ni un recuerdo
ni humilde gramillal que lo tapara...
Cancha lisa nomás, de tierra seca
se apelmazó en la tapa de su caja,
pero más fuerte que la muerte misma
ese cariño'e gaucho se vengaba,
y en cada amanecer, sobre su tumba
pintado en sangre aparecía un "Rosaura".
...................................
Así son los paisanos en mis pagos
cuando se entregan a querer, paisana...
Yo también soy de allá, como ese gaucho;
no echés un forastero en nuestras canchas.
CRÉDITO
Hace 2 días
1 comentario:
qué bien!
saludos desde la Costa de Oro-Uruguay
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