martes, 13 de septiembre de 2011

Payador

(Pintura: Molina Campos)
Payador, verbo y esencia
de repentinas canciones,
émulo de las tensiones
de provenzal ascendencia;
su literaria presencia
en América fulgura,
sus versos sin escritura
de meditante fermento,
afirman con fundamento
el valor de una cultura.

Con sus églogas creativas
en la décima espinela,
galopan en la vihuela
las expresiones nativas;
en sus coplas reflexivas
hay sentimiento y entrega,
con su música andariega
canta la trova rimada,
y rondan en su payada
Juan sin Ropa y Santos Vega.

Corre en sus líricas venas
sabia de argentinos trazos,
cuando el cordaje en sus brazos
incita en criollas verbenas;
de pretéritas escenas,
rancho, posta, pulpería,
a otra escenografía
de fina y lujosa alfombra,
en grandes urbes asombra
con su inspirada poesía.

Aguerrido en el embate
de los arduos contrapuntos,
sobre polémicos puntos
de acalorado debate;
cronista, docente, vate,
de sabiduría profunda,
y cuando su idea funda
vuelca en bordonas y primas,
el patriotismo hecho rimas
con su producción fecunda.

Andador de mil caminos,
resero de criollos versos,
triunfador en universos
urbanos y campesinos;
en valiosos pergaminos
muestra su gloria bizarra,
y para honrar esa garra,
vibra en el tenso cordaje,
el digno y justo homenaje
del canto de una guitarra.

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