sábado, 10 de septiembre de 2011

El Cantor



Se ha tendido a morir en la llanura
con un gesto de sal sobre la boca;
la suerte le quebró ya los palenques
y no le queda más que ser memoria.

Va estribando el olvido. El olvido,
ese flete de sombras.

Ha venido a morir en muerte oscura
con el rostro hacia el Sur que lo abandona;
no le duele el final, sino el silencio
que corre por los cauces de su trova.

Ah si pudiera rescatar del tiempo
aquél país de otrora,
su sangre elemental, su ruda efigie,
su geografía heroica,
y todos los paisajes aguerridos
que andaban en la cifra y la milonga.

Áspero adiós a tantas armonías,
a ese misterio de sus manos hondas,
al corazón desnudo sobre el aire
como una caracola,
a los tigres de amor y de agonía
cautivos en la piel y las bordonas.

Con el rostro hacia el Sur se va acabando.
Y no le queda más que ser memoria.

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