martes, 22 de mayo de 2012

Mi picazo overo

(Foto: Eduardo Amorim)

"Su filo respetaron pobres y ricos
pues nunca sin razones manché su acero,
cuando raleaba el grupo de los milicos
o hachaba los alambres de algún potrero."


Es largo y de güen acero
adimás de ser de lujo;
de Güenos Aires lo trujo
mi patrón qu'es estanciero.
Me lo hizo desiar primero,
diciendo que él lo usaría
en caunti llegase el día
de la primer señalada,
y que el por pura parada
entonces lo luciría.

La señalada llegó
y tal día no se cómo,
hice un gran pial sobre el lomo
y el patrón se me allegó,
y medio se sonriyó
diciéndome: -"jué certero
su pial, por eso yo quiero
tamaño acierto premiarle,
ansina viá regalarle
este güen picazo overo".

La vainga negra escondida
se ve entre plata, ¡gran siete!,
pues con tanto firulete
parece como perdida;
la puntera guarnecida
con un trébol hecho de oro;
debió ser platero toro
el que hizo tan güen trabajo.
Por que, les juro, barajo,
que el facón es un tesoro.

El cabo, con iniciales,
el patrón qu'es alvertido,
parece que ha rejundido
mi nombre en letras cabales.
Pucha si habrá costao reales
en plata vaina y acero,
además de tanto esmero
que habrán puesto en tal hechura,
pa sacar esa hermosura
que es hoy mi picazo overo.

La hoja, ni qué decir
ha'e ser del mejor acero;
no hay alambrao de potrero
que lo pueda resistir;
los hacha sin recibir
ni una sola melladura;
el gavilán, sin blandura
se afirma junto del poste,
sin decir oste ni moste
me lo deja hecho basura.

En "las de a pié" debo andar
con dimasiada cautela,
porque corta... pa su agüela
pior que un'hoja de afeitar.
Yo nunca tiro a ca...tar
ni en trances tales reculo
si doy de hacha al adversario,
por no dejar al contrario
pegao en la vena el... rulo...

Pero si es con la partida
que se arma el entrevero,
allá va el picazo overo
voltiando con alma y vida;
tiene cada arremetida
d'esas que causan añicos,
cuando avanzan como micos
los "justicias" en montón,
vieran mi lindo facón
ralear los pobres milicos.

La vez que "Cafulcurá"
quiso darnos un malón,
hice de lanza el facón
y fue una temeridad,
siempre se recordará
qué modo e'ralear infieles;
y aunque son recuerdos crueles
en que se corrió a lo gamo,
aquello jué un desparramo
de una juente de pasteles.

Dispués de dar un lanzazo
era una muerte certera,
quedando como tranquera
la abertura, del chuzazo
que m'hizo cara feroz,
aquello jué cosa atroz
porque, en la primer dentrada,
le mandé tal puñalada
que de un ranquél hice dos...

Cuando del fortín vinieron
sólo jué pa hacerce cruces,
al ver que, como ñanduces,
todos los indios juyeron.
Eso jué porque vinieron
engolociaos de veras,
como pa voliar tranqueras
al ver que, sin veteranos,
éramos pocos paisanos
y sin armas ventajeras.

Allí se trenzó tupido;
allí se pitó del juerte,
allí se topó a la muerte
más de un tape forajido,
de los nuestros, ni un herido,
por esta cruz, que soy franco,
solo yo, que no soy manco,
no sé si por chambonada,
vine a dar una rodada
que cuasi quedo lunanco.

Hoy que han pasado los años
y me hallo viejo y maceta,
bichoco, apunao, sotreta,
y lleno de desengaños,
cuento a los mío y extraños
como, peligrando el cuero,
dispués de tanto entrevero
en donde debí luchar,
pude, hast'aura conservar
mi lindo picazo overo.

No hay comentarios: