domingo, 20 de mayo de 2012

Carnes Argentinas

(Pintura: Carlos Montefusco)

La pampa guarda en su seno
mil recursos naturales,
y esos grandes arenales
son refugio del bichaje,
si es lindo ver el vacaje
sombreando en los tamariscos
y los baguales ariscos,
corriendo tras la madrina;
ni que hablar de las riquezas
de las carnes argentinas.

En los pagos de Miró,
cerquita de Hilario Lagos
está pa'orgullo del pago,
la estancia: "El Caraguatá";
si usted se llega verá,
ese pedazo de Patria
y este cantor relata
de un modo simple, genuino,
cómo el varón argentino
para cazar se destaca.

Al que de criollo se precie,
no le ha de faltar caballo
ya que relatando me hallo
algunas de sus costumbres,
quiero llevar a la cumbre,
de los elogios, al perro
y si exagerando yerro
perdone, pero es sincero,
mi canto pa'l compañero
del hombre en esos lugares.

Si el hombre cazar dispone,
antes que'l sol se levanta
pa'l la'o que tornan las plantas,
mira y lo ventea al pampero,

quiero nombrarlo primero
por lógica consecuencia,
al avestruz; excelencia
devorador de distancia,
se necesita experiencia,
buenos galgos ñanduceros,
los que en cualquier potrero
le pongan freno al sotreta,
y en un cerco'e cardo ruso
le hagan morder la roseta.

Mientras hago un bordoneo
espero que usted celebre,
quiero nombrar a la libre,
animalito ligero,
entre el gauchaje campero
su carne tradicional,
y es orgullo nacional
en los mercados de Uropa,
vaya alcanzando la copa;
se me ha secado el garguero.

Estoy viendo la atención
con que me escucha la gente,
mi canto que es elocuente
tiene la noble intención,
de cantarle al vizcachón
guardián de la madriguera,
a la vizcacha señera,
a la perdiz montaraz,
y a la comadreja overa
quiero darle mi cantar.

La Pampa, arena y caldén
querencia del jabalí,
donde alguna vez comí
una sabrosa picana,
la mulita sancochada,
peludo y asao de cuis,
manjares que conocí
una riqueza genuina;
son las carnes argentinas
que yo nombrar aprendí.

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