domingo, 25 de noviembre de 2012

Paseando por la ciudad



Aburrido de domar
de andar atrás'e las vacas,
de cueriar ovejas flacas
y los alambres arreglar;
decidí irme a pasiar
y enseguida me alisté
como pude me arreglé
las pilchas de lo mejor,
con plata en el tirador
pa'la ciudad enderecé.

Me dicen que en el poblao
está todo el adelanto,
cosas que no hay en el campo,
eyos están acostumbraos.
En cuantito hube yegao
encaré a un hotel lujoso,
con muchos vidrios briyosos
no tenía mostrador,
los pisos era un primor
como jabón resfaloso.

Le dije a una señorita
delantal con monograma:
"tiene que darme una cama
porque vengo de visita",
me dijo con sonrisita
señalando un chirimbolo:
"tenemos con 'telefolo'
por si quiere conversar",
yo me apuré a contestar
"me gustaría dormir solo".

-"Sígame usted", me ordenó
esa muchacha canchera
por no subir escaleras
a una jaula se metió.
A mi también me empujó
pa'encerrar el enrejao,
no se quién habrá empujao
pa'semejante tirón,
por culpa del sacudón
quedé en el piso sentao.

Me dijo: "ahí tiene la cama,
ese es el baño 'privao', -
yo pensé estará tapao
si de esa forma lo yaman.
Hacia rato tenía ganas
por los mates que tomé
pero por ahi me avivé,
a la calle había balcón:
ahi nomás en un rincón
mis cosas solucioné.

Hecho a mi vida campera
de afición a madrugar,
pa'cuando quiso aclarar
yo andaba por la vereda.
Me acordaba'e mi tapera,
de la tisnada parrilla
donde chorrea una costiya
que la han puesto a calentar,
adonde podré encontrar
la pava, mate y bombiya.

Curiosiando caminaba
y hasta la esquina yegué,
con un flaco me encontré
que los ojos le briyaban;
de repente pestañaba,
tal vez a las mocetonas...
Le pregunté a unas personas
-"¿Quién el tráfico dirige?",
-"Don Señáforo" que exige,
desparrama y amontona.

Pa'la noche que venía
era un pueblero corrido,
entré a un salón divertido
que mujeres atendían.
Tenían tanta cortesía
que hasta al lao se me sentaban,
pregunté qué se trataba,
me dijeron "Miche Club",
lo pior que hasta el caracú
las atentas me sacaban.

Ya sin plata en estos males
con el hotel sin pagar,
yo decidi disparar
de güelta a los pajonales.
Hoy ando entre los baguales,
de nuevo empecé a domar,
ahora puedo respirar
aire puro que es encanto:
el pueblo y sus adelantos
jamás me van a encontrar.



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