jueves, 22 de noviembre de 2012

Los dos vascos de Tandil



Había dos vascos porfiao'
igual que bigot'e gato
con pica desde hace rato
y ordeñar se han desafiao;
por un lechón ensillao
se concretó la carrera,
pensaba la zona entera
que Martín Mutuberkia
a Fermín Zarrabaitia
le va a ganar como quiera.

Noventa vacas apartadas
no se cansan de balar,
parecen va a reventar
las ubres de tan cargadas.
Ya están todas encerradas
algo nervioso el boyero,
acomoda los terneros
que esperan formando hilera
y hacen arquiar la tranquera
las vacas contra el chiquero.

Ya está todo preparao,
se ha largao la carrera,
se dan vuelta la vicera
y hasta el codo arremangao;
los tarros ya destapaos
con las tapas en la manija,
los dos la corren en fija
por su fuerza y ligereza,
levantan con sus cabezas
las vacas de las verijas.

Dos chorros de cada mano,
ordeñar a teta junta,
ninguno gana la punta
se van los dos orejanos.
Los dos con zuecos livianos
van a los tarros trotiando,
el día ya viene aclarando
ni el sol a salir se anima...
¡si han formao una ñeblina
aquellos vascos sudando!

Una vaca trabajosa
va y le toca a don Fermín
y le grita don Martín:
-"Se pone linda "esta cosa"!,
con una fuerza pasmosa
se hace un arco, una bolilla,
se le nota en la costilla
una vieja quebradura
y hace saltar la pintura
del balde entre las rodillas.

Parecen cuatro sirenas
los chorros de don Fermín;
del mundo parece el fin
en la mañana serena,
el balde nunca se llena
¡se produce un accidente!
Se da cuenta de repente
que se le mojan las patas,
se le ha defondao la lata
por cautro chorros potentes.

Calculan se le han volcao
alrededor de treinta litros,
cambia el balde y al ratito
de güelta ha recuperao.
El boyero ya cansao,
a montao en el nochero,
así apoya más ligero,
no hay tiempo pa'ndar lerdiando
y los saca recostando
los guachitos del chiquero.

Se termina y a las cuentas,
ochocientos han sacao
y con los treinta volcao
justito: ochocientos treinta.
Toda la zona comenta
fue puesta aquella carrera,
lo demuestra la manera
que ha procedido el patrón
porque al vino y al lechón
le hizo frente su cartera.


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