martes, 23 de julio de 2013

Aquel que tenga un lobuno




Por el pelo de un caballo
vi discutir a unos cuantos,
cargando todos sus tantos
por un “alazán” o un “bayo”.
Y ya que en el caso me hallo
si no lo ven importuno,
teniendo que elegir uno
yo también voy a opinar:
a  nadie debe envidiar
aquel que tenga un lobuno…

Y puesto a hablar diré más:
me ganan los sentimientos
cuando son bien “cenicientos”,
no así el llamado “torcaz”.
Y en señas, aunque quizás
los “pico blanco” o los “ruanos”
o un “sabino”, entre paisanos
juntan más ponderación,
yo prefiero el mancarrón
“cruzado” patas y manos.

Es sabido que el “cruzado”
nace y muere resistente,
eso es ciencia entre la gente
que en el campo se ha criado.
Y si a más de ser “cruzado”
sale “lobuno”, ya es fija:
por lejos que se dirija
o duro que sea el trabajo,
le va a cumplir a destajo
por mucho que se lo exija…

Y aunque es pronto y cosquilloso
en las mañanas con frío,
con más razón le confío
el menester más penoso.
Porque arranca así, orgulloso,
y una vez que se ha asentado,
le queda el nervio templado
y no hay trajín que lo aplaste:
por más sudores que gaste
jamás lo han de ver cansado…

1 comentario:

Unknown dijo...

Que lindos versos paisano, de joven fui premiado por mi padre con una yeguita lobuna, sin duda el mejor regalo recibido jamás. Desde ese momento amo este pelaje tan campero.