jueves, 16 de junio de 2011

Cuchillo, poncho y caballo


I
Pa'l tiempo en que aún se solía,
poblé marcando orejanos
sacaos a fuego y perrada
del monte y de los bañados.

Contaba entonces mi tarja,
lo que cayera en el lazo
-sin salir de la zoncera
de veinte suertes de campo!-.

Y aquí mesmo a'nde me ve,
redotao y de tamangos,
sin darme güelta el capincho
mandaba parar a mano.

¡Ta claro!
Tenía más vacas
que moscas trai el verano.

Cuando paraba rodeo
llovía polvo en tuito el pago.

Pero...
hubo que recular
p'hacerle patancha al diablo,
y al campo de veinte suertes
lo tuve qu'ir fracionando...

A'ura me queda una suerte;
más mi suerte no es de campo:
suerte de tener salú,
cuchillo, poncho... y caballo.

II
Pa'l mesmo tiempo, tenía
un alma como d'encargo

...Cuando la poblé de sueños
dio tres engordes al año...

Alma y campo, pasto tierno;
verde esperanza alma y campo.
Los novillos con mi marca,
y los sueños... orejanos.

Lindo verme cair entonces
-tropilla'e pelo y chiniando-
a pencas y californias
como peludo'e regalo!

Medio "quebrao de verija"
y echao p'atrás el capacho,
dentraba a pedir boladas
a'nde afluejaban los guapos...

Pero, hubo que arrollar cuartas
cuando vino el tiempo malo
y hasta'l alma de a poquito
la tuve qu'ir fracionando...

A'ura me queda una suerte
pa'rimediar, cuanto cuanto:

Suerte de tener salú,
cuchillo, poncho... y caballo.
(Pintura: Pablo Uriburu)

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