miércoles, 29 de febrero de 2012

Malambiando!



He sido malambiador
ayá en mis tiempos de mozo,
y enancao en el retozo
de un rasguido escarciador,
con mudanzas de mi flor
me lucía zapatiando.
Y si alguno desafiando
quería contrapuntiar
¡era capaz de pasar
una noche mudanciando!

Entonces, era puestero
en la estancia de un inglés;
yo cabayos, tenía tres,
uno de’yos parejero.
Y aunque pa’ jugar dinero
siempre he sido moderao,
güenos pesos he ganao,
y dispués de la cuadrera
alguna moza pueblera
su almiración me ha entregao.

Ha sido el mejor cabayo
que yo he tenido en mi vida;
me salvó de la partida
mi güen parejero bayo
un 25 de Mayo
creo… del año ‘70
cuando me cobré una cuenta
con el cabo del talero…
por él, del estaquiadero
pude librar la osamenta.

Un día vine a ganar
corriéndole a un forastero,
y más tarde el guitarrero
un malambo entró a rasguiar,
y ya me empecé a floriar,
el paisanaje aplaudió,
y el mozo aquel que perdió
me desafió a un contrapunto;
como yo acetara, al punto
frente mío se plantó.

“-¡Contra de su parejero
mi cinto, rastra y cuchiyo!”
Contesté en en tono senciyo:
¡El flete no, compañero!
“-¿No será que’l aparcero
tiene miedo de perder…?”
Yo sentí la sangre arder,
emprincipié a escobiyar
y entramos a mudanciar
cuasi hasta el amanecer.

Una mudanza sin par
con un esfuerzo machazo
con la pata ‘el lao del lazo
se la conseguí sacar,
pero del lao de montar
el caldo se jue’spesando,
me pialé, y trastaviyando
no la pude devolver…
ansí el flete jui a perder
¡y lo perdí malambiando!

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