viernes, 24 de febrero de 2012

La milica


Al Cnel.D. Juan Carlos Walther

La vida en aquél desierto
se la regalo a cualquiera.
Sólo me ataban mi número
y un amor de fortinera.

Han de creer lo que les digo,
como que soy Juan Garcés;
porque fui del "Tres de Fierro".
Así es, señores... Del "Tres"...

Apretados nos tenían
los indios en más de un caso.
Pero allí, el que no era toro
se mostraba por torazo.

De los hombres ni que hablar:
los garantizo sin fallas.
Pero también las muchachas
demostraron sus agallas.

Me acuerdo de una -tan brava-,
por lo mucho que me quiso:
era un milico con faldas
la Domitila Carrizo.

Morochona, de ojos grandes
y de nobles sentimientos.
La cara, por descontado,
curtida por esos vientos.

Mis cacharpas de soldado
me conservaba limpitas.
A veces nos regalaba
un fuentón de tortas fritas.

Me la lancearon un día
en uno de esos engorros.
Se durmió entre las arenas
y me dejó dos cachorros.

¿Qué iban a hacer, pobrecitos,
criados a tanto rigor?
Seguir la suerte del padre,
Juan Garcés, un servidor.

¿Y la Melitona Cejas?
¿Y la Dolores Galván?
Tigras supieron mostrarse.
No sé si recordarán...

¿Y esa trigueña donosa,
la Bienvenida Cabrera?
Bien la pudiera tener
por la flor de la frontera.

Muchachas: todo lo dieron
sin pedirnos nunca nada,
seguidoras y animosas
en los tiempos de la indiada.

Las estoy viendo amasar,
en esas horas ingratas,
o haciendo caldo de piche
en la ollita de tres patas.

O bien lavando, o zurciendo,
o curándonos, tal vez,
consolando con esmero
tanto olvido o estrechez.

Si alguna revolución
nos llamaba a los confines,
solitas sabían quedarse
a cargo de los fortines.

¡Cuántas tuvieron por pago
la injusticia más completa!
También es cierto que algunas
se ganaron la jineta.

A no pocas las he visto
-¡Dios mío, barbaridad!-,
ya dominados los indios,
mendigando en la ciudad.

No sé quién reparte méritos
ni quién escribe la historia.
Ni pizca les ha tocado
de aquello que llaman gloria.

Pero yo se le concedo,
ni tan grande ni tan chica.
Aquí les voy entregando
los versos de la milica.

1 comentario:

Pablo Dobke dijo...

Muchas fueran chinas guerreras, mujeres muchisimo valerosas...

Saludos hermano!!!