martes, 7 de agosto de 2012

Coscoja

(Pintura: Liliana Gauris)

Cuando el campo tranquilo dormitaba
su larga siesta, en el mes de enero;
un galope tendido yo cerraba
para darle un resuello al compañero.

Bañao por el sudor venía el flete
y el tranco, parecía un alivéo;
entonces, comenzaba su juguete
a despertar el sueño'e los potreros.

Y en el silencio de la pampa parecía
que su lengua, una música molía,
y lentamente, dejaba su secuela.

Porque al dejarle al pingo rienda floja,
comprobé que sonando la coscoja
hacía bailar, al son, la pontezuela.

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