martes, 7 de agosto de 2012

Aprenda a cuidar el galgo

(Dibujo: Mariana Semino)


-"Me gusta el galgo, paisano",
así dijo un conocido,
"y a Dios bendito le pido
que pase pronto el verano"...
-"Pero yo te digo, hermano,
no es que te estoy criticando,
en inviernos crudos, cuando
la liebra apreta la gorra,
no pretendas que te corra
si el pobre anduvo tacheando".

Es fácil armarse de un perro,
usarlo en la temporada
y después como si nada
dejarlo para el entierro.
Un animal que es de fierro
que cuando llueve se moja
cuando el dueño se le antoja
con él hace hasta carrera
y de las patas traseras
destrozadas por la soja.

Los berretines son lindos
para hablar en los boliches
pero el galgo no es un chiche,
a él mis versos le brindo.
Sabrá de que no me rindo
y aprovecho la volada
pa'decirle mi versiada,
no me creo Martín Fierro
pero si no cuida el perro
¡más vale no tenga nada!

El galgo, noble animal,
querido por mucha gente
manso es un perro obediente,
tiene un instinto especial.
Trateló bien, siempre igual,
déjese de hacer cartel
con este amigo tan fiel
que corre en crudos inviernos
y sea un compañero tierno:
¡dele y juéguese por él!.

Ser galguero es un oficio
y hay que aprenderlo muy bien
ser de su perro el sostén
aunque cueste sacrificio.
No tenga galgos de vicio,
ambreados, flaco y tachero,
la liebre por los potreros
siempre le echa de a puñao,
téngalo bien preparao
demuestre ser un campero.

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