(Pintura: Miguel Ángel Gasparini)
La vida nos hizo un ñudo
como de lonja sobada;
una amistad más pareja
difícil pa'compararla.
Aunque él tenía "sus cosas"
y yo alguna que otra maña,
los defectos no se véian
si juntos nos encontraban.
Lo conocí en una yerra
en la estancia "Las Acacias".
Y allí, revoleando el lazo
"pialamos la amistad larga".
De entonces seguimos juntos
gastando tiempo y distancias;
primero, peones de tropa,
después, en varias juntadas,
hasta que cansaos de andar
cambiando pagos y changas
nos conchabamos de piones
los dos en la misma estancia.
Y ande llegaba el domingo,
el camino nos hallaba
yendo juntos a las fiestas,
bailes, carreras, domadas...
¡pa volver cuando la luna
en el cielo se colgaba!
y al tranquito o galopando
dibujar dos sombras largas,
las mesmas que al otro día
por el campo se juntaban:
recorriendo los potreros
o trabajando en la manga,
arreglando un alambrado
o talvez curando sarna
de no, apurando los fletes
pa'echar al medio las vacas.
Pero los hombres,
también en esta vida se apartan,
y casi siempre también
una mujer los separa;
y esta vez... no fue una moza
sino una voz que lo llama,
algo que duele y lastima
y que nos chucea el alma
y que lo hace pensar fiero:
¡la enfermedad de la mama!
Se despidió lo mismito
que si juera a buscar agua...
-Espérame con el mate
que estoy de güelta mañana,
que's clavao que ni bien llego,
la encuentro a la vieja sana.
¿Por qué lo dejé partir
si la amistad me empujaba?
¿Por qué no ensillé y salí
junto con él, de la estancia?...
¡Qué habrá sido de tu vida
mi amigo... Froilán Maidana...!
¡Qué lazo te ató a la ausencia
que nunca supe más nada...!
por más que fui preguntando
horas, días y semanas,
de un lugar a otro lugar
y a gente de todas layas...
¡Qué habrá sido de tu vida
mi amigo Froilán Maidana...!
¿Se habrá casao? ¡No lo creo!
Mesmo que yo tendrá canas;
tampoco puede estar preso
por que era una gota de agua;
¡Morirse? ¡Ni pensarlo...
tenía salud pa'emprestarla.
¡Qué habrá sido de tu vida
mi amigo Froilán Maidana...!
Talvez no lo encuentre nunca,
quizás d'él nunca sepa nada;
pero no se ha de borrar
de mi memoria su estampa,
¡porque era derecho el hombre,
lo mismo que una tacuara...
porque supo ser amigo
tanto en la buena o en la mala!
¿Por qué lo dejé partir
si la amistad me empujaba?
¿Por qué no ensillé y salí
junto con él de la estancia...?
¡Qué habrá sido de tu vida,
mi amigo... Froilán Maidana!
LOS HERMANOS BALTAZAR
Hace 6 días
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