sábado, 25 de diciembre de 2010

Pa conocer a la gente

(Pintura: Carlos Montefusco)
Aquí estoy con la esperencia
de los años que he vivido,
en los que a veces he sido
golpeado por la deslealtá.
La confianza mata al hombre,
dice un refrán verdadero,
no vale jugarse entero
a veces, por la amistá.

Muchas veces en el trato
un hombre parece bueno,
pero vuelca su veneno
cegao por el interés.
Cuando cree que nos sujeta,
porque un favor le debemos,
si es que estima le tenemos
lo aborrecemos después.

Naides se entregue al que le habla
y no lo mira de frente
con ése hay que ser prudente,
sobre todo desconfiao.
Porque aflojándole lazo
en el campo'e la confianza,
pronto cairá la esperanza
que en la amistá se ha cifrao.

Cuidao con aquél que cuenta
cada servicio que ha hecho,
se pondera, satisfecho
pa que la ponderación
le vaya a hacer güena fama
alrededor de su nombre,
aunque en la práctica el hombre
sea de baja condición.

Haga un lao al que la risa
tiene a un costao de la boca,
y si en la güelta nos toca
sostener trato con él,
que sea de vez en cuando,
porque aunque se diga amigo,
resultará enemigo
que anda escondiendo el papel.

Hay quienes se dicen gauchos,
sólo por la vestimenta,
porque no tienen en cuenta
que pa serlo con honor,
es necesario de veras
tener sus inclinaciones,
¡Sólo las güenas acciones
le dan al hombre valor!

Y no olvide la alvertencia
que yo le hago al que me escucha,
la vida es siempre una lucha
que reclama condición:
¡No es buen amigo, repito,
al compás de la milonga,
quien por la amistá no ponga
en la mano el corazón!...

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