domingo, 19 de diciembre de 2010

Argentino y bien parido



Hagan silencio señores
que una guitarra machaza,
con sonido de esta raza
va a desparramar sus flores.
Templada por payadores,
conserva su bizarría,
y guarda en sus armonías
cuando al gaucho se le entrega:
la gloria de Santos Vega,
de Fierro su rebeldía.

A mí me hallará el dos mil
una milonga cantando,
porque me sigo alumbrando
con ese mismo candil.
No me meto en el redil
de cualquier ruido extranjero,
orgulloso y altanero
voy a cumplir el destino,
de ser un gaucho Argentino:
bota, bombacha y sombrero.

No me concibo señores,
pensando de otra manera,
y tan solo a una bandera
le entregaré mis favores.
Amontónense cantores,
pueden elegir la cancha,
que en la milonga se ensancha
mi corazón de paisano,
con la guitarra en la mano
donde quiera hago pata ancha.

Al progreso no lo niego
porque la vida es progreso,
pero no crean que por eso
olvido de donde llego.
En mi tierra yo no ruego,
eso ya lo están sabiendo,
canto lo que ando sintiendo
con el deber soy prolijo
y mis derechos exijo:
"no me gusta andar pidiendo".

-"¡Gaucho!", me gritan algunos
tontos en tono burlón,
son híbridos del montón
que se arrean como vacunos,
no me incomoda ninguno
con su canto, con su ruido;
yo conozco bien el nido
donde el canto se prolonga
por ser cantor de milonga:
Argentino... y bien parido.

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