miércoles, 13 de abril de 2011

La trenzada


No llore, vieja, no vé
que ya no sangra la herida;
no vi'a dirme de esta vida
dejándola sola a usted.
Fué un tropezón que pegué
y que el otro aprovechó,
naides ignora que yo
tuve tuita la razón,
si le partí el corazón
fue porque él se lo buscó.

El hombre andaba rabioso
porque le quité la prenda,
y se me vino a las riendas
hechando mano al filoso.
Pero no soñaba el mozo
que era brava la topada,
al darme esta puñalada
que cuasi me abrió el costao
y ahi nomás quedó enrollao
lo mesmo que pata asada.

Alcánceme un trago, vieja,
pa suavizar el garguero
fue muy duro el entrevero
la cosa fue bien pareja.
Yo no pegué ni una queja
cuando su acero me entró,
él tampoco se quejó
si hasta le falló el intento,
de un tajo corté el aliento
que a la 'esistencia' lo ató.

Vieja, alcánceme esa caña...
llene hasta el borde ese vaso...
Mire que el tajo es machazo,
¡Tá... que me tiró con saña...!
Pero,vieja, que está extraña...
¿porqué me mira llorando?
¡No ve que me voy quedando
dormido así..., despacito...
viá descansar un ratito...
dispués... le sigo... contando...!

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