y dándole luz al rancho
está colgado de un gancho
un viejo candil de guampa.
Cuando se duerme la pampa,
él, recién se despabila…
la noche pasa tranquila
con paso seguro y lerdo
y, a veces, algún recuerdo
entre sus sombras titila.
Cuando me siento a matear
después de haber churrasqueado
mi perro ovejero, al lado
se tira pa’ descansar,
y comienzo a recordar
cosas que, ya se volaron…
amores que me dejaron
en el alma ardiente herida
y, pa’ siempre, de mi vida
las ilusiones mataron.
Y de su luz al destello
mientras quema su pabilo
llegan como refucilo
recuerdos de un tiempo bello,
y mientras tomo resuello
para templar la guitarra,
parece que me desgarra
una zarpa el corazón
y hasta pierdo la razón
por el dolor que me amarra.
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