
Cayó la tarde apurada
y una oscuridad tupida,
cubrió la pampa en seguida
y se hizo noche cerrada.
Una guitarra pulsada
sentidas notas entrega,
una voz lejana llega
que un viento suave prolonga
y es que canta por milonga
el alma de Santos Vega.
Del rodar de las lloronas,
del relincho del bagual,
del viento en el pajonal
que mil canciones entona;
de la prima a la bordona
que en bella combinación
abrieron el corazón
de la guitarra al cordaje,
nació en la pampa salvaje
la milonga hecha canción.

En el día del Payador: ¡Feliz día a esos paisanos que cantan con fundamento!
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