lunes, 18 de julio de 2011

Malas noticias

(Pintura: Eleodoro Marenco)
Tomo la pluma en la mano
y arrancando en redepente,
espero que la priesente
te halle con salú, che hermano.
Anque no soy muy baquiano
pa’ la escritura corrida,
te hago saber que la vida
de mama se v’acabando
y que te está reclamando
pa’ que vengás enseguida.

Ansina con la galera
te mando esta triste carta
¡¡y que te aguante la cuarta
pa’ una noticia tan fiera!!
Vení, hermano, que te espera
pidiéndole a Tata Dios,
qu’en cuantito llegués vos
le endurezca la quijada
y entonces l’haga finada
en los brazos de los dos.

La cosa jué que antiyer
la médica que la vido,
dijo que ya ni el sentido
le quedaba pa’ su ver,
que la mama iba a tener
una muerte verdadera.
Que mejor que le pidiera
a Dios que se la llevara,
pa’ que antes que se cortara
la pobre no padeciera.

Recebí con la priesente
un juerte abrazo y mi afeto
y pa’ cortar más direto
agarrá la call’el puente;
pedí al puestero d’enfrente
que te permita pasada
y si te hace la gauchada
que pa’ él no es ninguna hazaña,
dentrá a bajarle la caña
y acortás la galopiada.

Venite hermano enseguida
que yo ando medio bichoco
y sólo apurando un poco
puede que la hallés con vida.
Dispensá la despedida
tan de golpe y apurada,
pero está tan atrasada
la pobrecita de mama,
que yo del lao de su cama
no quiero dirme pa’ nada.

Doce leguas galopió
hasta una estancia vecina,
ande manió la madrina
cambió caballo y siguió.
Ahí nomás cuando arrancó
lo cruzó por la paleta,
al bagual, que de trompeta
lo que lo movió de apuro,
salió con el lomo duro
con ganas de hinchar la jeta.

Y... cerrada la oración
se oyó el torido de un perro
y el tayido de un cencerro
puso el óido en atención.
Cada vez más el trotón
de una tropilla se oía.
La perrada de alegría
se cruzaba alborotada,
anunciando la llegada
del hijo qu’ella pedía.

Dende un bayito amarillo
se desmontó en el palenque
y la manija ‘el rebenque
colgó en el cabo ‘el cuchillo.
Como cuando era potrillo
ansias de verla refleja,
pero... su hermano lo aleja...
Y en un abrazo que arde,
le dice... ¡¡llegaste tarde,
ricién se nos jué la vieja!!
(En la foto: el criollo Ignacio Balmaceda)

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