lunes, 4 de julio de 2011

Consejos

(Foto del paisano "Donato Paz Navarrete")
La yerra había terminado
y la peonada aquél día
bajo el ombú se reunía
a descansar con agrado.
El patrón entusiasmado
les dijo con suave acento
-"Muchachos, este instrumento
alguno debe pulsar
y lindamente cantar
algún sentido lamento".

-"¡Que la pulse ño Cipriano!",
todos a la vez dijeron,
y la guitarra le dieron
a un hombre ya muy anciano.
Extendió el viejo la mano
y el instrumento tomó
con sus dedos oprimió
el silencioso encordado
y bajo el ombú callado
un preludio se sintió.

Los acordes melodiosos
de un estilo resonaron
que atentamente escucharon
los paisanos silenciosos;
todos pidieron ansiosos
que cantara ño Cipriano,
y el respetuoso anciano
para acceder al pedido
entonó un canto sentido
que resonó por el llano.

"Con mis manos temblorosas
voy a preludiar un momento
al compás del instrumento,
a ver si con armonía
espanto del alma mía
las penas y el sufrimiento.

Los que me están escuchando
tendrán que tener paciencia
si ven que es poca la ciencia
de este pobre aficionao
que sufriendo ha juntao
lo que enseña la experiencia.

Cada cual canta lo suyo
y, señores, por lo tanto,
como otros cantan yo canto
donde derramar mi llanto,
porque sólo ese consuelo
me ha quedao en este suelo.

Yo desde que vine al mundo
he traído el fiero destino
de andar como peregrino
por el mundo abandonado.
Parece que el condenado
me acompaña en el camino.

Por eso debo decirles
a los que me están escuchando
que el hombre q'anda rodando
debe guardar en su mente
lo que el mundo le presente
ansina se va educando.

Siempre debe ser el hombre
con los demás respetuoso,
ni mordaz ni vanidoso,
le conviene al hombre ser
y jamás debe perder
lo cierto por lo dudoso.

Todo aquél que quiera ser
por los demás respetado
debe de ser moderado
porque el hombre fanfarrón
se labra su perdición
y es por todos mal mirado.

Nunca debe ser el hombre
ni alusivo ni altanero,
siempre como caballero
debe a los demás tratar,
mucho tiene que pensar
el hombre que es pendenciero.

Hablar mucho siempre es malo,
es bueno siempre aguardar
a que hablen y contestar
lo que necesario sea;
el que mucho palabrea
fácilmente suele errar.

Siempre es bueno ser prudente
lo aconseja la experiencia.
El que no tenga prudencia
saldrá siempre mal parado,
muchos se hacen desgraciados
por cualquier impertinencia.

Los amigos en el mundo
siempre deben respetarse
porque es muy bueno tratarse
con respeto y seriedad.
De este modo la amistad
se conserva sin enfriarse.

Todo el que tenga mujer
debe saber manejarla,
nunca es bueno castigarla
porque el que es castigador
consigue con su rigor
a la mujer enconarla.

No por eso debes darle
mucha libertad en sus cosas.
Las mujeres son curiosas
y por la curiosidad
pierden la felicidad
y se hacen malas esposas.

En el quehacer de la casa
la mujer debe ocuparse
y el hombre debe entregarse
al trabajo con afán.
Para que no falte el pan
ni un rancho donde ganarse.

Si llegan a tener hijos
deben criarlos con ternura.
Y desde muy criatura
los ha de ir educando
para que así se vayan criando
con la mayor compostura.

Y cuando sean algo grandes
aunque hagan un sacrificio,
enséñeles un oficio
porque la haraganería
dice la sabiduría
es madre de cualquier vicio.

El hombre que es calavera
nunca debe ser casado,
una mujer a su lado
muy bien le puede servir
para aumentar su sufrir
cuando se vea desgraciado.

Al vicio de la bebida
nadie se debe entregar,
se puede un trago tomar
pero sin emborracharse,
aquel que suele embriagarse
nada bueno ha de lograr.

Todos los vicios son malos
pero el de la borrachera
es más peor que cualquiera
y por lo tanto a mi ver
en el hombre y la mujer
es una cosa muy fea.

El hombre que se emborracha
pierde hasta el conocimiento.
Le abandona el sentimiento
y a veces por la bebida
puede estar toda la vida
agobiado en el tormento.

Todo el que quiera vivir
del juego y no trabajar,
debe aprender a florear
un naipe con perfección,
la plata por arfición
nunca se debe jugar.

Al hombre mal pagador
nunca hay que facilitarle,
siempre el bulto hay que sacarle
porque si uno se descuida
va expuesto a perder la vida
si confianza llega a darle.

Las armas deben llevarse
por si llega la ocasión.
Primero está la razón,
para aclarar y entenderse
y sólo por defenderse
se ha de sacar el facón.

Por el gusto de florarse
nunca se debe sacar
y jamás se ha de cortar
al ñudo ningún varón,
si no llega la ocasión
sangre no hay que derramar.

También debo decirles
ya que el caso ha llegao
que aquél que marcha agobiao
ni nieguen su protección,
hay que tener compasión
del ser que es desgraciao.

Nunca desprecien al hombre
porque lo vean desgraciao
que aquél que marcha agobiao
por algún dolor profundo
debe ser en este mundo
por los demás respetao.

Siempre el sufrimiento ajeno
debe el hombre respetar
y jamás se ha de burlar
teniendo por experiencia
que es el valle de le existencia
para sufrir y llorar.

Ser, debe el hombre decente,
y en todo caso querido
nunca debe andar metido
en enriedos ni en cuestiones
evitando alegaciones
no hay que se entrometido.

Y todo aquél que no tenga
una mujer a su lao
y se siente apasionao
y determina casarse
muy bien debe de fijarse
en la prenda que ha buscao.

Llena de espinas y abrojos
es la huella del querer.
El que quiera recoger
de ese camino una flor
antes de entregar su amor
estudie bien la mujer.

De golpe no hay que entregarle
el amor a la mujer,
primeramente hay que ver
si nos quiere con ternura
y si su pasión es pura
o es fingido su querer.

Nunca hay que creer en promesas,
muchos prometen en vano
y al hombre que es baquiano
cualquiera le forma el cuento,
la paja la lleva el viento:
hay que irse derecho al grano.

El que recibe en la vida
de otro ser un beneficio,
agradézcale el servicio
y en cualquier otra ocasión
pa servir a otro varón
haga cualquier sacrificio.

Nunca debe andar el hombre
ni en pandilla ni juntao
porque andar amontonao
puede en cualquier descuido
hallarse comprometido
tal vez sin haber faltao.

Y cuando de la justicia
sientan los fuertes rigores,
jamás sean delatores
de ningún otro varón;
es muy fea condición
buscar pa'otros sinsabores.

Por juerte que sea el tormento
no debe el hombre aflojar.
Debe sufrir y callar
los rigores y castigo
y ni al mayor enemigo
se le debe delatar.

Que observen estos consejos
porque con seguridad
son ellos de la verdad
los purísimos reflejos.
Por último, les prevengo
a chicos, grandes y viejos
aunque son de un ignorante
no deben ser despreciaos
apréndalos con cuidao
y si no tienen gran ciencia
demuestran que hay experiencia
en el que los ha cantao.

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