domingo, 1 de julio de 2012

La fiambrera



Me parece que la viera
En el lugar elegido
Colgada como al descuido
Casi siempre de madera
Debajo la enredadera
Como buscando un fresquito
En su piso está el platito
Uno viejo, uno qualquiera
Con un trapo que cubriera
Y absorviera así el juguito.

Filtrando el aire el tejido
De la sal hay que cuidarlo
Que si no por oxidarlo
Termina como es debido
En sus ganchos contenidos
Los churrascos varios días
Que servirán de comida
Pa´ alimentar la peonada
Que la mira a la pasada
Y la hace su protegida.

El día de la carneada (bis)
Y despúes de despostar
Viendola ahí rebalsar
La acompañan las miradas
Allí quedarán guardadas
Por un tiempo las raciones
Que aportarán nutriciones
De ese precioso elemento
Convertido en alimento
En todas las estaciones.

Con la caricia del viento
Su color va oscureciendo
Negrito se va poniedo
El charqui y no le miento
Hay que mojarlo un momento
Antes de ponerlo al fuego
Para desifrutarlo luego
Después que esté bien asado
Por todo lo que ha aguantado
Acompañao por los ruegos.

Las moscas nunca pudieron
Cumplir con su cometido
De llegar al contenido
A pesar de que insistieron
Por más que se propusieron
Con las ganas se quedaron
Aqueresar no lograron
Como ellas saben hacer
Las vimos desfallecer
Y los gauchos festejaron.

Heladerita del campo
Que cuidó nuestra comida
Hoy que te veo vencida
Dejo florecer mi canto
Por eso la voz levanto
En honor a tu memoria
Recordando aquella gloria
Que acompañó mi niñez
Abro tu puerta otra vez
Y la cierro con tu historia.

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