lunes, 7 de febrero de 2011

El pirincho


Cuando viene amaneciendo
canta el pirincho anunciando
que se nos suma otro día
debemos seguir luchando.
Es flaco como una espina,
planeador como aeroplano
y se alimenta de insectos
sabe andar por los sembrados.

Su canto es un silbido,
se escucha rato tras rato
y luce erguido el copete
demuestra estar enojado.
Pobre pirincho piojoso,
sabe andar tras el arado;
tal vez, por ahogar las penas
sigue silbando su canto.

Al llegar la primavera
forma el nido en árbol alto
y ponen muy lindos huevos,
mezcla de celeste y blanco.
Yo me pregunto en silencio,
mientras quedo meditando:
piojoso y feo el pirincho
es además enamorado.

Cuida mucho los pichones
y se muestra muy enojado
si alguien al nido se acerca
es muy capaz de picarlo.
Y cuando dejan los nidos
de boqueras amarillando,
ensayan la puntería
todos los niños del barrio.

Sabe esquivar las pedreas
saltando rama tras rama
y equivocada la gente
llaman al pirincho, urraca;
y a veces por los caminos
escucho las carcajadas
porque se la ve, tan fea
piojosa, curcuncha y flaca.

Pero tiene la bondad
que a muchas otras les falta,
se defiende siendo fea
piojosa, curcuncha y flaca;
hay quien con más oropeles,
con ricas plumas adornadas
no reúnen las condiciones
del Pirincho, o de la Urraca...

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