domingo, 11 de octubre de 2009

Como tanteando el pasao


Hoy la yerra en campo abierto
ya no está en la llanura,
que lindo y qué hermosura
cuando alegraba el desierto,
todo aquello era concierto
de tropel y balerío,
y la peonada al silbido
como animando la tropa,
al grito de opa opa
hoy a pasao al olvido.

Recordar aquellos días
cuando el patrón se arrimaba
y a los peones acompañaba
con una inmensa alegría,
como un peón él se sentía
sabiendo que era el patrón,
y se arrimaba al fogón
pa'echarle un vistazo al fierro,
y acompañao por los perros
también miraba al capón.

Él también se arremangaba
desenrollando el trensao,
y echar un pial de volcao
jugándose que no erraba,
y al ternero lo tumbaba
pa'recordar el pasao;
y en el anca bien marcao
una O con un palito,
y el ternero al trotecito
salía como un mamao.

Esas yerra'han terminao
con las peonadas que había;
bajo un sauce se reunía
pa'descansar con agrado,
y los pingos desensillaos
descansaban a un costao,
el patrón, entusiasmao
decía con suave intento,
paisano, a este instrumento
toque y cante algo olvidao.

Que la pulse Don Cipriano,
todos a la vez le decían,
y la guitarra ponían
en las manos del anciano,
como era viejo vaqueano
a su pecho la aferraba
y suavemente templaba
haciéndolo con esmero,
cantaba como un trovero
y un triste desenterraba.

Con su canto melodioso
alegraba aquél fogón,
viviendo la tradición
con paisanos silenciosos,
todos miraban ansiosos
la habilidad del anciano,
que jugaba con sus manos
las cuerdas del instrumento,
hizo correr como un viento
un estilo por el llano.

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