jueves, 17 de julio de 2008

Heladas


¿Qué le engañó la Vida?...son disculpas...
¿Quién le dijo que agosto era verano?...
Creyó en un calorcito juera e' tiempo
y usté solo se hizo aquel engaño!...

La vida, no mintió: tuitos sabemos
que no tiene fijeza ni constancia:
unas veces, se secan los arroyos;
otras veces, se anega el campo, en agua...

Tuvo sus ilusiones...lo mesmito
que les suele ocurrir a los cristianos...
y ansina como están los brotos suyos,
les queda el corazón: como de trapo!

Y cuántos como usté: puro afligirse...
puro mentar la suerte y la disgracia...
En vez de endurecerse en el castigo,
se asustan, que la sangre se les cuaja.

No la culpe a la vida -compañero-
que la vida, no sabe de intenciones:
Cúresé la inorancia y la flojeza,
y ha de sacar provecho hasta 'e los golpes!...

Poca cosa, los brotos que ha perdido,
cuando la primavera tiene un paso...
Por lo que está sufriendo, hágase cuenta
que este invierno haiga sido un poco largo...

Ya se irá reponiendo dispacito...
Lo que a veces, no puede hacer el hombre
no se hacen de nuevo, corazones...

Pero tenga cuidáo no se entusiasme
cuando se sienta que el calor lo agranda;
en cualisquiera día de noviembre,
lo puede achicharrar alguna helada!...

Y pa curarse de esas, ¡no le digo
el poder que hace falta!...
Si uno lo siente que en la ráiz lo tiene,
Deje que venga lo que Dios le manda...

Dentre a l'hondo la ráiz; agarre juerte
-que áhi está su poder y no en las ramas-
pero viva alvertido 'e que la piedra
viene del cielo y en las nubes blancas...

Cuando se espera el golpe, duele menos
¡que si lo agarra con las carnes blandas!
De no ser que pretenda estar bendito
ha 'e sufrir la piedra y las heladas!...

Tenga memoria, que el vivir enseña,
y tenga nervio, que el sufrir no mata.



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