Era muy negra la noche
en que se casó María
con un negro que tenía
pintao de negro su coche,
negro también era el broche
que a la fiesta le pusieron
y hasta de negro tiñeron
las paredes y las sillas,
y negras eran las morcillas
que en la mesa se sirvieron.
Eran negros los amigos
que a visitarlos vinieron
y negros los que salieron
de padrinos y testigos;
bien negro tenía el ombligo
la tal negrita María
y un negro que la seguía
agarrándole la cola:
más negras tenia las bolas
que en el llavero lucía.
En copas negras brindaron
con vino negro tambíen
y con un negro sartén
un negro tambor formaron,
los novios negros rajaron
en medio de la alegría
y la negra que veía
ya media negra la cosa,
se puso un poco nerviosa
y el negro le sonreía.
Y dentro'e la habitación
que el negro había preparao
y otro negro había forrao
hasta de negro el colchón
pero con negra intención
el negro se desnudó
y la la negra que lo vío,
ya adivinando la trama...
y alrededor de la cama
toda la noche corrío.
Los agarró al otro día
la negra seguía corriendo
el negro la iba siguiendo
y la negra no quería,
pero con negra maestría
el negro la convenció
y cuando ella se acostó
ya sin temor a los suegros
hicieron cosas de negros
y esta fiesta terminó.
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