miércoles, 19 de agosto de 2009

Oración


Tata Dios: yo no dudo que seas juerte;
que gobernés vos solo tierra y cielo;
que a tu mandao se apague'l rejucio
y se amanse'l más potro de los vientos.

No dudo que haigas hecho esas estreyas
que sirven de candiles a los sueños,
y p'aliviar el luto de la noche
priendas la luna en su reboso negro

No dudo que seas vos el que le puso
al colmiyo'e la víbora el veneno;
el que afiló las uñas de los tigres
y le dió juersa'l pico de los cuervos...

Pero dudo'e tu amor y tu justicia,
puta si juera verdá que sos tan güeno
no te habrias yevao aqueya vida
qu'era pa mi más grande que tu cielo.

Vos sabés, Tata Dios, cómo la quise.
Eya ju'el sol que amaneció en mi pecho.
Por eya tuvo primavera mi alma
y echaron alas mis mejores sueños.

Eya era linda como las mañanas
cuando dispiertan yenas de boyeros:
alegre como el ruido'e las colmenas;
graciosa como el'unco'e los esteros.

¡Y era tan güena, Tata Dios!... ¡Tan güena!...
Nunca un rencor se cubijó en su pecho.
Pa tuitos tuvo un corasón sin trancas,
rebosao de ternuras y de afetos.

Y creyó siempre'n vos. Tuitas las noches
s´endulsaba en su boca el Padre Nuestro,
mientras su almita'e pájaro aletiab'a
ofertándose entera en cada reso.

¡Y tuviste coraje pa matarla!
¡No pensaste que yo tamién jui güeno,
que no meresco este dolor que sangra
la herida siempre viva'e su ricuerdo!

¿Cómo no viá dudar de tu justicia?
¿Cómo viá crér que tengas sentimiento,
si vos, provalecido de tu juersa,
nos quitás siempre lo que más queremos?

¿Pa qué nos diste corazón, entonce'?
¿Pa qué nos esigis que siamos güenos,
ni nos encariñás con esté mundo
y en él ponés nomás que sufrimientos?

¿Crés que consuela tu promesa'e gloria?
Si aquí ande hemos nacido, ande queremos,
nos negás el derecho'e ser dichosos,
¡no sé pa qué nos va'servir tu cielo!

No hay comentarios: