jueves, 12 de noviembre de 2009

Arriando nubes (Estilo)


De entre unas nubes cortadas,
que arreaba afuera el pampero,
ví que el ojo del lucero
medio me hacía una guiñada.
La gramilla remojada,
brillaba como un espejo,
y el verdor con su reflejo
era un gran canto a la vida;
mientras la tarde vencida
se iba muriendo a lo lejos.

Enlutando el horizonte
la noche se va asomando
y con su mano peinando
los aletazos del monte.
Ahi comienzan los aprontes
del campo pa'descansar,
se oye un mugido, un balar,
un aletazo, un silbido
y esos rumores perdidos
que nadie puede explicar.

Ya es noche, brilla el lucero
y me acompaña la luna;
pa'completar la fortuna
de haber nacido surero.
Enderieso pa'ande quiero
la facultad de vivir,
mientras puedo colegir,
bajo este poncho profundo
que al otro lado del mundo:
el día se fue a dormir.