Tenés razón, chirusa, yo compriendo
que no podés seguir viviendo asina.
Andá nomás ande otro amor más moso
te oferta el camuatí de sus caricias.
Aquí, a mi lao, la yama de tus ojos
s'está gastando al ñudo, entristecida,
y apretao en el nido de tu boca
se va'entumir el pájaro'e la risa.
No hacemos güena junta, no podemos
seguir cinchando en vaca de la vida.
Los casales precisan ser parejos
pa que dure'l amor cuando se anidan.
Y el que formamos vos y yo es distinto.
Yo soy afeto a la melancolía,
amigo d'emponcharme'n el silencio
pa rondar amarguras escondidas...
Y vos, china, sos tuito lo contrario:
pa vos la vida es novedosa y linda;
tenés por corasón una calandria
que sólo sabe'l canto'e l'alegría.
¡Son tan desencontradas nuestras almas!...
La tuya es flor: precisa sol y avispas;
la mía es bicho'e lus: de día se apaga;
sólo de noche priende su estreyita.
Jué chambón el destino al apariarnos
pa tranquiar en coyera por la vida.
No bastaba mi amor cansao y viejo
pa tu ilusión ricién amanecida.
¿A qué porfiar? Conviene más abrirnos.
Mi cerrasón es triste y aburrida,
y con el riego escaso'e mi ternura
se va'murchar tu mocedá florida.
Andá nomás ande otro amor te yama.
No hacen liga tu sol y mi niblina.
Dejá este rancho ande hasta la guitarra
se ha contagiao de mi melancolía...
Andá sin miedo y sin remordimiento.
Yo no viá'certe ni un reproche, china.
Si ninguno'e los dos tiene la culpa,
¿pa qué agriar de rencor la despedida?
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