miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ay ¡Mi alma!


Si me priestan atención,
señores les vi`a contar,
cuando tuve que gauchear
en la chacra de un nación.
Con la gringa Encarnación,
moza linda y muy estruida,
Que en la primera embestida
que le hice pa`l amor;
me contestó con primor:
-"Suya soy pa`lo que pida".

Pero el gringo malició
en la treta en que yo andaba.
Echo lo que echa la taba,
y hay nomás me despachó.
A las vueltas anduve yo
sin poderla conversar,
hasta que pude dentrar,
cuando el gringo trabajaba,
y le dije la esperaba
en el maizal pa`conversar.

Ni bien la noche s'entró
pa`l maizal enderecé,
y en seguida divisé
que de blanco se arrimó.
¡Ay mi alma!, dije yó,
y hay nomás la atropellé,
pero cuando la abracé
de una patada juí lejos,
porque era un tordillo viejo,
señores, lo que agarré.

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