jueves, 28 de mayo de 2009

¡Eche las cartas, vieja!...


Bueno, vieja, ya que tanto se aferra
puede dientrar; aura le doy licencia
pa que me eche las cartas con su sencia
y me anuncée tuito lo que quiera.

Ya sabe que aunque pobre gaucho viejo,
nunca le ando cuerpiando por un peso...
Es que soy disconfiao y era por eso...
Pero hay que creer o reventar, canejo.

Hace ya muchos años, no es zoncera;
era cuasi un muchacho yo entuavía,
m'hice echar las cartas un güen día
por chacotiar y ver lo que saliera.

Y qué gané?... Salí con una espina...
Pa borrar esa duda jui al boliche,
empiné varias copas y me dije:
¡ah! Tuitos serán embrollos y pamplinas...

Pero el tiempo, velay, que jué testigo,
¡malhaya de mi suerte, si jué perra!,
si ha de ser que Mandinga me hace guerra,
porque tuito lo anunciao me ha sucedido.

Se me jueron mi china y mi cachorro
y tuve que vender mi viejo overo;
me robaron las pilchas y el apero
y hasta los perros me han deajao solo.

Y me echaron del rancho por la juerza;
juí preso por vengar aquella ofensa
y allí aprendí a aguantar tuitas mis penas
y a confiárselas sólo a la vihuela.

Pero en fin, ya basta de tristeza,
porque no sé qué siento aquí tan fiero...
Algo así como un ñudo en el garguero
y sangre que me golpia en la cabeza.

Por esa causa soy tan disconfiao...
ya sé que va a salirme tuito en contra.
Pero, en fin, ya soy viejo y qué m'importa,
si pa tuíto ya estoy acostumbrao.

Güeno, vieja, ya que tanto se aferra,
puede dientrar; aura le doy licencia,
pa que me eche las cartas con su sencia
y me anuncée tuíto lo que quiera!...

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