(Foto gentileza del autor: Felipe Olivera Moreno)
Los recuerdos en tropiya
desfilaron por mi mente,
cuando te hayè de repente
sin querer…Vieja Cuchiya.
Aunque de marca senciya
en la cintura del viejo,
me atraían los reflejos
de tus remaches con briyo,
¡por eso cabo amariyo
estas décimas te dejo!
Mientras sigo cavilando
rejunto momentos idos,
que craiba estaban perdidos
pero güelven retozando.
La pucha taba pensando
cuando Tata en la tordiya,
saliò a echar la tropiya
y ensiyar pa’ los patrones,
corriendo unos mancarrones
vino a perderte cuchiya.
Al tiempo te haye quebrada
en el potrero de la loma,
solo tu cabo se asoma
entre güeyas pisoteadas.
Tu media hoja enterrada
traigo a la mente clarito,
y en tus remaches un briyito
apenas el sol mostraba,
y aunque apenado te alzaba
le agradecì al bendito.
De la cintura del viejo
pa’ peliar nunca saliste,
ni un solo planazo diste
digo y sostengo canejo.
La hoja como un espejo
solía tenerte Tata…
Con chairarte en la alpargata
eras capaz de aguantar,
pa’ hacerle el poncho volar
si el caìdo paró la pata.
¡Hasta quebrada serviste
sin arisquiarle al rigor,
y por ser desvazador
hasta el gavilán perdiste.
No quise cantarte triste
pero al floriar la emociòn,
me pialò la inspiración
que traiba arriando senciyo,
para vos Cabo Amariyo
pedazo de tradición!
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