martes, 24 de mayo de 2011

Molina Campos

Molina Campos está
en el corazón del criollo
y prendido en cada rollo
de su lazo siempre irá.
El tiempo no borrará
el trazo que él estampaba.
Y el genio que lo animaba
para cantarle quisiera...
¡Amalaya! quien pudiera
escribir como él pintaba.

Anduvo por las cocinas
de las chacras y los puestos,
en los boliches modestos
y en lujosas oficinas.
En las camperas esquinas
supo ser algo habitual,
y en ese medio rural
de un tiempo que ya se fue
pudo verse en la paré'
de la pieza del mensual.

Viendo expresao lo nativo
de un simple modo risueño
todos ponían empeño
en adquirir un motivo.
Siempre elogioso y festivo
el comentario surgía,
y el cliente se sonreía
al mirarlo de reflejo
en el fondo del espejo
de alguna peluquería.

Digo argentino laurel
y Molina Campos digo
por eso que me prodigo
en mis rimas para él,
junto a Hernández y Gardel
es justo que lo destaque,
y nadie habrá que lo saque
del sitial que conquistó
quien hasta el pueblo llegó
desde un humilde almanaque.

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