lunes, 17 de febrero de 2014

¡No me hagan rair con la moda!...



(Pintura: Molina Campos)

¡No me hagan rair! Las mujeres
chiquilinas y jamonas,
andan toditas rabonas,
por los mesmos pareceres.
Como pa darnos placeres,
muestran las carnes blanquiadas
las cejas casi peladas,
con tenazas y tirones
y con polvos de tizones,
las pestañas aumentadas.

¡No me hagan rair! Las polleras
ajustadas en el anca,
llevan como una retranca
jineteando en las caderas.
Las medias, son pa cualquiera,
telitas de fantasía,
y llevando como una guía
bien pintadita y derecha,
acomodada, una flecha,
pa'l lao de la picardía.

Llevan jóvenes o viejas
ya sean güenas o malas,
un chamberguito sin alas,
metido hasta las orejas,
y andan toditas parejas,
los cuerpos como entablaos,
los labios falsificaos
con pinceles y pinturas,
mientras lucen las blancuras
los cogotes afeitaos.

Bailan al trote y saltando,
los chimys, con refregones
y en los tangos dormilones
se enflaquecen suspirando.
Las pilchas van acortando,
como acortaron la trenza
y como esto no es ofensa
y al hombre poco le importa:
la moda manda y se acorta
por ella hasta la vergüenza.

El hombre se amujerenga
y las mujeres rabonas
no son las mesmas personas,
por más que polleras tengan.
Es necesario que vengan,
modas del tiempo pasao.
¡Si hasta el hombre se ha achicao,
encorcetao, presumido,
y usando, como lambido
por las vacas el peinao.

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