(Pintura: Carlos Ripamonti)
Ya tiene altura nacional el hombre
plantado en su viril bota de potro,
pues si sabe pelear con la encordada
con el fierro no hay quien le pise el poncho.
Campea en la vorágine patriota
tiñendo las distancias con su arrojo
pero siempre liviano de bolsillos:
no tasa su valor a tanto el rollo.
Así, cuando se mete en el fandango
no pregunta si son muchos o pocos
y allá de prisa, como pan caliente
se va boleando godos.
La libertad, bandera de su instinto
lo lleva hacia delante y hasta el fondo.
LOS HERMANOS BALTAZAR
Hace 6 días
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