sábado, 23 de octubre de 2010

La rayotelefonía


¡Bien haiga con los talentos
mostraos por el gringuerío!
Ya nos tienen -¡Cristo mío!-
a todos como aspavientos.
O vuelan contra los inventos
o bajan al fondo'el mar,
y en el afán de inventar
un telefón han ideao,
que no precisa alambrao
como el otro pa charlar.

No hay mucho que trabajar
pa formar el aparato.
Yo que lo vide, en un rato
'aura lo vi'a detallar.
Lo primero: hay que clavar,
-y no lo tomen a broma-
dos postes pa una maroma;
se agarran dos balancines,
se le atan unos piolines
y así el sonido se toma!

Los piolines estiraos
forman rayas en el cielo
y son los que train pa'l suelo
los ruidos que van erraos.
Hay alambres enrulaos
que dentran a un cajoncito
y áhi se amontonan los gritos,
aunque sea cosa extraña,
como en las telas de araña,
quedan presos los mosquitos.

Se priende una lamparita
y se oye como un chiflido.
Es el viento que prendido
entre los piolines grita.
Después, una voz flojita
como si fuera una queja
o una charla que se aleja
hasta que derrepente
la conversación se siente
como prendida a la oreja!

Pa la gente campechana
eso es cosa de mandinga;
pero pa la gente gringa
es de las hondas "tercianas".
Yo he paso días y semanas
afanáo pa averiguar
como es posible atajar
así en el aire el sonido.
¡Pero ast'aura no he podido
la piola desenredar!

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