martes, 23 de marzo de 2010

La escopeta de mi abuelo.


Mi abuelo se iba a "cazar"
y preparó su escopeta,
con una buena bagueta
por dentro la entró a limpiar.
De nuevo la quiere usar
pues de tenerla guardada,
está tan amojosada
y dura como una suela,
desde que murió mi abuela
no la ha tocao para nada.

Tiene que tener mucho ojo,
revisarle bien la junta
pues dice que hasta en la punta
se le ha taponao con "mojo",
que tiene el seguro flojo
y el gatillo mueve a gatas;
que va a costar mucha plata
pa' completar esa hazaña,
si hasta con tela de araña
se le ha ensuciao la culata.

Dice que antes bien andaba
aun cuanto vivía la vieja,
sin tener ninguna queja
de vez en cuando probaba
Muchas veces gatillaba
y el tiro no le salía,
pero él que ya la entendía
de nuevo la preparaba,
entonces en cuanto gatillaba
a caño lleno escupía.

La púa que está gastada
ya no martilla como antes,
y en vez de ir pa'delante
pa'trás se vuelve arrollada.
Él le pegó una estirada
pero se quedó ahi nomás,
y tiene miedo además
de que el caño no le aguante,
y en vez de ir por adelante
le reviente por atrás.

Cuando mi joven abuelo
la tenía bien completa,
daba gusto su escopeta
entonces le andaba al pelo;
le desparramaba al vuelo
sin andar con precauciones,
en que en esas ocasiones
andaba bien el martillo,
ni bien tocaba el gatillo
saltaban las municiones.

Y antes sí que pateaba
pero mucho más que ahora,
como era tan patiadora
a veces miedo le daba;
un día juntando estaba
apretó el gatillo y ¡zas!
lo hizo caer pa'trás
y según cuenta mi abuelo,
que cuando lo vió en el suelo
le diez patadas más.

Él dice: -"Por más que sea
no tiene la fuerza de antes,
èl gatilla muy campeante
pero ya ni se mosquea.
como casi no patea
en la punta y sin cuidao,
y aunque le ha gatillao
aunque le parezca extraño,
por el olor que hechó el caño
se da cuenta que ha tirao.

Pero ni la quiere usar,
ni maltratarla tampoco;
la va a limpiar otro poco
y después la va a guardar.
No saldrá más a "cazar"
y se arrepintió enseguida;
dejó su vista tendida
sobre el verdoso paisaje,
recordando los pasajes
de su ¡escopeta querida!

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