viernes, 5 de marzo de 2010

De pie forzao


Tengo un pingo colorao,
vi'a ver si me compro un bayo
para las fiestas de mayo
por si soy abanderao.



Como soy hombre campero
me gusta tener un pingo
preparao pa'los domingos
y bien tusao con esmero;
acomodao el apero
o mejor dicho, el recao,
los mandiles recortaos
como por manos de brujo
y para darme ese lujo
tengo un pingo colorao.

Por demás escarceador
y juguetón con las riendas
y en los trabajos de hacienda
se luce que es un primor;
pero mi orgullo mayor
sería tener dos caballos,
por eso al cantar el gallo
saldré pisoteando abrojo
y pa'sacarme un antojo
vi'a ver si me compro un bayo.

A la oración regresé
trayendo al bayo de tiro,
como aliviando un suspiro,
el puesto viejo pasé;
de noche al rancho llegué
y lo fui a largar al bayo
en un potrerito playo
que muy buen pasto tenía,
pues prepararlo quería
para las fiestas de mayo.

Al otro día lo fui a ver...
tal vez extrañando el pago
arisco, me hizo un amago
y dentró a retroceder;
más como es bueno tener
dos caballos preparaos;
no sea que se haya dao
lo que a creerlo me resisto,
pero vi'a tenerlo listo
por si soy abanderao.


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