miércoles, 2 de octubre de 2013

Carta a Rosaura


(Pintura: Carlos Montefusco)


Rosaura, ha de extrañarte
recibir noticias mías,
la verdad es que no debía
ni siquiera recordarte.
Si te escribo es pa’enterarte
que, desde que te has marchao,
todo el mal que me has causao
de ha poco se fue perdiendo,
al tiempo que ha ido creciendo
el gurí que me has dejao.

Es bueno pa’ tu vergüenza,
si en tu vergüenza se mete
que te enterés en qué brete
has metido a mi conciencia.
Una carta: la impaciencia
de ir a cobrarte cuentas,
la otra carta, lo inocencia
del hijo que exige amparo.
Las cartas se barajaron
y al final tuve clemencia.

Con el hijo entre los brazos
y un dolor fiero en el pecho
yo vi mi rancho deshecho
y mi sueño hecho pedazos.
Pero Dios, que en el fracaso,
quiso quedarse a mi lao,
prendió fuego a aquel pasao
y tiró sobre sus llamas
aquella palabra... “Mama”,
que el gurí ya había olvidao.

Ya ves, cinco años han pasao
de eso que temo nombrar,
porque no quiero ensuciar
la carta que te he mandao.
Nada de vos ha quedao,
ni huellas de tu veneno,
sólo un algo al que no temo
porque no hiere mi orgullo...
él tiene los ojos tuyos,
igualitos, pero buenos.

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