(Foto de mi mama...
con las debidas licencias del autor del verso)
Sos un sol iluminando
la oscuridad de mi ser,
leña seca que al arder
a mi cuerpo va entibiando.
Sos capullo reventando
aromando mi sendero,
sos como un fresco aguacero
para mi campo sediento,
como la mano del viento
acariciándome entero.
Sos compañera y amiga,
sos eso y sos mucho más,
sos un remanso de paz
para aliviar mi fatiga.
Como la dorada espiga
que alimenta mi granero,
como el brillar del lucero
en el negro firmamento,
sos amor, sos sentimiento,
por eso tanto te quiero.
La que siempre se hace ver
en las buenas y en las malas,
sos la que nos apuntala
cuando estamos por caer.
La que por tanto querer
se olvida de sus dolores,
la que omite sinsabores
y en silencio nos perdona,
porque más que una persona
sos un sinfín de valores.
Sos un cielo de bondad
sos un ser insuperable,
sos sanamente envidiable
por tu fuerza y voluntad.
Y en honor a la verdad
-te lo quiero hacer saber-
no la puedo contener,
lo juro donde se cuadre:
mi admiración, pues sos madre,
pero ante todo Mujer.
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