miércoles, 12 de noviembre de 2014

Es al ñudo que lo fajen

(Dibujo: Eleodoro Marenco)

Dice un refrán compadrón
pero de lindo lenguaje,
“que es al ñudo que se faje
al que nace barrigón”,
y se acierta, en mi opinión,
con que en tal forma se diga,
porque el tal refrán estriba
en afirmar, de contao,
que al que nace jorobao
no hay quién le quite la giba.

El que nace para medio
y no llega nunca a real,
es que padece de un mal
á que no se halla remedio,
y en su interminable tedio
puede esclamar con razón:
¡gran siete!... en toda ocasión
el que es dichoso relincha,
y al ñudo le atracan cincha
al que nace barrigón!

A su gusto, satisfecho
halla un gaucho una morocha
y en seguida desabrocha
todo el amor de su pecho,
pero cuando mas derecho
cree realizar sus anhelos,
se le atraviesan los celos,
y á ese gaucho ardiente y rudo
que lo fajen es al ñudo
para acortarle los vuelos.

Nace suertudo un cristiano
y si cuando juega envida,
en el truco de la vida
no le ganan ni de mano
y si un “picudo” paisano
comienza á payar de lleno,
por más que le digan, bueno!
no para el hombre la lata,
que al ñudo es la serenata
si la moza no es de freno.

Quien de chico tiene mañas
sin que le acorten la rienda,
y sin que nadie lo ofenda
sale de malas entrañas,
cuando sus tristes hazañas
realiza sin miramientos
es porn que soplan los vientos
de esa su vida pasada
y porque “al ñudo es sin nada
llevar maleta á los tientos”.

Generalmente una fea
halla marido buen mozo
y á la de rostro precioso
no hay quien le encienda la tea;
no falta en eso quien vea
lo de que “el amor es ciego”,
pero más bien yo me allego
á que otra cosa ha de ser
“que si no es leña de arder
al ñudo es prenderle fuego”.

Trabaja el agricultor
constantemente en la brecha
y la anhelada cosecha
se le pierde á lo mejor;
el que no es trabajador
siembra á veces al descuido
no cuida lo que ha nacido
y es todo una bendición,
porque “al que nace panzón
es al ñudo”… ¡por sabido!

El carrerista ocasiones
lleva la plata robada
y á veces una rodada
le roba sus ilusiones;
á veces los mancarrones
ganan de modo casual,
no porque sea el animal
blando ni duro de boca,
sinó porque “á suerte loca
no hay quien le ponga bozal”.

Y así es todo en esta vida,
del nacimiento a la muerte
hay que luchar con la suerte
para ganar la partida,
y ¡pobre del que se olvida
que la dicha es ilusión!
y llegando la ocasión
entre chircales se mete,
porque “cincharlo es al cohete
al que nace barrigón”.

Por eso yo no me cincho
y desafiando al destino
cuando me duele me empino
y en vez de llorar relincho.
Sé que no corto ni pincho
obrando de esta manera,
pero si á la suerte fiera
nadie la puede torcer,
lo mejor es, á mi ver,
no atropellar la tranquera.

        (ca. 1902)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Donde hay odio, que lleve yo el Amor.